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Los Ángeles

«Me atraen las tragedias»

Julianne Moore encarna a una madre inestable en «¿Qué hacemos con Maisie?»

«Me atraen las tragedias»
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A Julianne Moore le ha costado empatizar con el personaje que encarna en «¿Qué hacemos con Maisie?», en la que interpreta a una estrella de rock que ha vivido mejores tiempos y que su comportamiento como madre deja mucho que desear. «Era imposible identificarme con ella –dice la actriz, que tiene dos hijos–. Lo intenté pero no podía», dice con una sonrisa, como si quisiese justificarse. No es tan benévola Susana, a la que interpreta: «Es sencillamente terrible. Es una mujer inconsistente, algo que es fatal para sus vástagos, y además abusa de su posición». Sin embargo lo aceptó porque para ella supuesto un reto, otro más, de su prolífica y envidiable carrera: «Es un papel muy interesante por la relaciones que se establecen entre los distintos personajes. Me siento atraída por este tipo de historias, que son tragedias contemporáneas».

Personajes no convencionales

De nuevo es lo que ya es una tendencia natural en Moore, elige un personaje que no es convencional y se aleja de los estándares de Hollywood, algo que para la intérprete es un placer. «He rodado 50 películas y no hay que ser demasiado listos para comprobar que la mayoría no están hechas para el gran público, aunque alguna fuese muy comercial. Lo divertido de mi trabajo es la variedad, hacer todo tipo de géneros: drama, comedia, aventuras... A mi edad me siento muy orgullosa de la libertad que tengo», explica, lo que no dice es que se lo ha ganado a pulso.

Moore ha conseguido cogerle las hechuras a la Meca del Cine, una industria que no es complaciente con las mujeres, a las que castiga a sentirse inseguras a medida que cumplen años. La actriz es inmune a ello. «Si mi trabajo me hiciese sentirme insegura físicamente tendría muchos problemas. Cuando, como es mi caso, se está contento con la vida que se tiene, con la edad, con el momento que se está viviendo y con los personajes que interpreta no hay espacio para la inseguridad –dice con sabiduría–. Otra cosa sería que a mis 50 años quisiese interpretar el papel de una jovencita. Ya no tengo 25 y por mucho que lo pretenda los personajes de esa edad ya no son para mí».

Presente en Cannes la pasada primavera por el estreno de dos películas y por ser la imagen de L'Oreal, Moore no pone reparos en hablar de su vida familiar y de por qué su matrimonio es ajeno a la crisis. «No sé la razón, pero seguimos juntos. Si alguien supiera el secreto para que no se rompiese un matrimonio se llevaría muchos premios. Es como si me preguntase la causa por la que una película se convierte en un éxito. Hay cosas que son impredecibles. Depositamos demasiadas expectativas en el matrimonio cuando lo importante es cuidar el amor que se profesa por otro, respetarse, admirarse y dar lo mejor de cada uno», explica, no sin subrayar que es justamente lo que su personaje en «¿Qué hacemos con Maisie?» no hace, enmarañada en una crisis existencial y sometida a la inercia de dejarse llevar por sus carencias.

Uno de los próximos proyectos de Moore es su participación en la saga «Los juegos del hambre», algo que, según confiesa, «se lo debo a mi hija mayor. Cuando lo terminó me lo prestó y me pareció muy bueno. Estoy fascinada con esta saga. He querido interpretar el personaje porque conocía su historia y, además, será un buen regalo para mis hijos».