Energía

La energía que pone luz a la recuperación verde

Día Mundial del Sol: la electricidad que genera se convierte en uno de los motores de la reactivación tras la pandemia

El 74% de electricidad en la UE deberá ser renovable en 2030
El 74% de electricidad en la UE deberá ser renovable en 2030Iberdrola

Es competitiva, cuida del entorno y dinamiza el tejido industrial local. La electricidad generada por el sol se convierte en uno de los motores de la reactivación económica y el empleo en el mundo postCOVID. Conviene destacar su papel con motivo del Día Mundial del Sol, que se celebra el 21 de junio.

Lograr que el 100% del sistema energético en el Viejo Continente provenga de renovables es técnicamente posible. Así lo explica la Universidad Tecnológica de Lappeenranta, que estima que en 2050 el 60% de toda la energía en la Unión Europea procederá del sol.

Entre tanto, el camino está siendo recorrido: en los últimos cinco años se ha instalado la misma capacidad renovable, tanto solar como eólica, que en los 15 anteriores y aunque la tendencia se ha estabilizado desde 2017 ya se instala más capacidad solar que de cualquier otra tecnología, según Bloomberg New Energy Finance.

El Pacto Verde Europeo ha situado la transición verde en el centro de la acción política y, en España, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece que el 74% de la electricidad será de origen renovable en 2030. Además, concreta una serie de medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, promover la penetración de energías renovables e impulsar la eficiencia energética, maximizando las oportunidades y beneficios para la economía, para el empleo, la salud y el medioambiente.

En el mundo existe un consenso generalizados obre cómo configurar economías y países sosteniblesy todo pasa por conseguir un medioambiente sostenible. También coinciden en apuntar que es momento de orientar los estímulos e inversiones de forma inteligente en sectores de futuro, que aseguren una recuperación y empleos duraderos y un cambio del modelo productivo más resiliente a futuros desafíos.

En 2030, España dispondrá de 161.000 MW instalados nuevos. De estos, 50.000 MW serán eólicos y 39.000 MW generarán electricidad proveniente de proyectos fotovoltaicos, lo que supone multiplicar por tres la capacidad solar actual.Nuestro país afronta el reto de hacer que las inversiones previstas se realicen y, para ello, se necesita un contexto contexto que propicie la estabilidad jurídica y una fiscalidad atractiva y competitiva con los países de nuestro entorno, que sirva de instrumento para captar las grandes inversiones que va a demandar la recuperación verde y la transición hacia una economía descarbonizada. La tarea es ambiciosa, pero arrancamos de un buen punto de partida que hay que aprovechar.

España es uno de los países promotores líderes en energía competitiva, generada por el sol, con 4.500 MW instalados, que convierten a nuestro país en el mayor mercado fotovoltaico de Europa y el sexto en el mundo. Y contamos con dos ventajas: tenemos buen recurso y territorio para el desarrollo de proyectos.

Detrás de cada proyecto solar encontramos una realidad socio-económica que dinamiza la economía y el empleo. El sector fotovoltaico español involucra a alrededor de 60.000 personas y tiene un gran impacto en el territorio, con una contribución al

PIB del país de más de 5.000 millones de euros, según UNEF. La fotovoltaica ha construido, además, una sólida cadena de suministro y cuenta con empresas que disponen de tecnología propia en los elementos con mayor valor añadido: electrónica de potencia, seguidores, diseño, epecistas, estructuras, integración en edificios, promotores, etc.

En tramitación

Entre los principales promotores de proyectos solares fotovoltaicos se encuentra Iberdrola, con una capacidad instalada de 1.100 MW en el mundo -la mitad de ellos en España- y una cartera de proyectos en tramitación, que suma miles de megavatios para su desarrollo en los próximos años. Hace solo dos meses, la compañía puso en marcha la mayor planta fotovoltaica de Europa, Núñez de Balboa (Badajoz). Con una potencia instalada de 500 MW y una inversión cercana a los 300 millones de euros, el proyecto ejemplifica la contribución de la tecnología proveniente del sol a la economía y al entorno. Su construcción involucró a más de 1.200 trabajadores en periodos de puntas de trabajo -la mayoría locales- y actuó como dinamizador del tejido industrial, con compras a proveedores por valor de 227 millones de euros.

La compañía, que acaba de iniciar las obras de su segunda planta fotovoltaica en Extremadura, construye plantas solares en Andalucía y Aragón y mantiene una cartera de proyectos en tramitación en más de media docena de autonomías, desde Extremadura a Castilla y León, Castilla-La Mancha, Andalucía, Aragón, Murcia y Canarias, por ejemplo. En el resto del mundo, Iberdrola avanza en la construcción de más de 9.000 MW, muchos de ellos solares.

La fotovoltaica despliega grandes proyectos generadores de energía verde, pero también es una solución utilizada de forma creciente entre pequeños y grandes consumidores que ven en el autoconsumo una forma de ahorrar y ser sostenible desde casa o en las empresas.

Los ahorros de estas instalaciones representan hasta el 30% de la factura; el 70% si se instalan baterías. A esta razón se le suman otras, como la revalorización de la vivienda, la eficiencia energética y su contribución a la lucha contra el cambio climático al generar y consumir energía renovable, libre de emisiones de CO2.