Sección patrocinada por sección patrocinada

Medio Ambiente

¡Fracaso GEI!

Ramón Tamames
Ramón TamamesGonzalo PerezLa Razón

Los lectores de esta columna «Planeta Tierra» ya están al tanto de muchas cuestiones relacionadas con el calentamiento global a causa de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), que se generan fundamentalmente por el consumo masivo de combustibles de origen fósil (carbón, petróleo y gas natural). Fue en 1992 cuando las Naciones Unidas adoptaron la «Convención Marco sobre Cambio Climático», a fin de frenar la acumulación de GEI en la atmósfera. En la intención de mantener así las posibilidades de conservación del planeta, con un máximo de 1,5 grados centígrados por encima de la temperatura media de la era preindustrial. Ese objetivo es el que precisamente ahora está más que en peligro. José María Baldasano, catedrático emérito de Ingeniería Ambiental de la Universidad Politécnica de Barcelona, publicó hace días un artículo titulado bien expresivamente: «¿Por qué está fracasando el Acuerdo de París?»; refiriéndose al texto principal, firmado por 189 países el 12 de diciembre de 2015, como compromiso para detener el cambio climático.

La pregunta que se hace Baldasano es bien sencilla: «¿Qué se ha hecho desde 2016, tras firmar el Acuerdo de París?». Prácticamente nada, según las cuantificaciones que se hacen, entre otras, en el vocal Mauna Loa, en Hawái. Donde se han alcanzado 416 partes por millón de GEI, un nivel que más que duplica la acumulación de la era preindustrial. Las razones, o mejor dicho, las sinrazones de esta situación, son que de los 189 países del citado Acuerdo, sólo 75 están informando sobre sus recortes prefijados. Estando entre los no actuantes EE.UU. y China, los máximos contaminadores del mundo. En el primer caso, porque Trump se retiró del Acuerdo de París, y todavía está en trámite su reincorporación por Biden. En tanto que China tiene consentido en el propio Acuerdo no comenzar sus recortes de emisiones hasta 2030. La situación, pues, es preocupante y con tendencia a un empeoramiento dramático.