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Medio Ambiente

Hacer las paces con la naturaleza

La próxima década es clave para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero y para frenar la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, los desafíos del medio ambiente suman otro sinfín de temas como la escasez de agua, la gestión de los residuos o renaturalizar las ciudades

Además del cambio climático o la pérdida de biodiversidad hay muchos problemas que enfrentar: desde la contaminación del aire al plástico en el mar, la sobrepesca o la pérdida de suelo
Además del cambio climático o la pérdida de biodiversidad hay muchos problemas que enfrentar: desde la contaminación del aire al plástico en el mar, la sobrepesca o la pérdida de sueloarc

Hace unos días la Oficina Meteorológica del Reino Unido, centro principal de la Organización Meteorológica Mundial, publicaba un informe con previsiones de clima de aquí a 2025. El organismo afirma que durante este lustro hay un 40% de probabilidades de que la temperatura media anual supere transitoriamente en 1,5ºC los niveles preindustriales. El porcentaje alcanza un 90% cuando se considera la probabilidad de que al menos un año dentro de este período se convierta en el más cálido desde que se tienen registros.

Nuestro planeta ya se enfrenta a las graves consecuencias del calentamiento global: el deshielo de los polos, el aumento del nivel de mar, los fenómenos extremos... y también a las pérdidas económicas asociadas. Se calcula que está en juego hasta un 20% del PIB mundial debido al cambio climático. «Para que el calentamiento se estabilice, es imprescindible neutralizar las emisiones de CO2. Sin embargo, la humanidad lleva la tendencia contraria: el mundo todavía está camino de un aumento catastrófico de la temperatura superior a los tres grados, lo que tendrá devastadoras consecuencias sobre el planeta. La recuperación económica tras el COVID-19, debe ser la oportunidad para cambiar el rumbo hacia un futuro más verde», decía la ONU a finales de 2020. Y es que ese año, marcado por el parón de la pandemia, se redujeron un 7% las emisiones totales. «Para mantener el calentamiento por debajo de 1,5ºC, las reducciones de esta magnitud deberían continuar durante las próximas décadas», concuerda Mar Gómez, doctora en física y responsable de meteorología de eltiempo.es.

Todos los organismos internacionales son claros al insistir en que los próximos años serán definitivos para conseguir que el aumento de la temperatura global esté por debajo de los dos grados para final de siglo. El presente, marcado por la covid y la recuperación económica, cuenta con armas de acción en clave sostenible como la nueva Ley de Cambio Climático, los fondos europeos de recuperación económica y el Pacto Verde.

Sin embargo, los ambiciosos objetivos de la descarbonización suponen todo un reto. Por ejemplo, en lo que se refiere a producción de energía renovable, solo en España conseguir los objetivos a 2030 supone instalar más de 60.000 MW de aquí a 2030, es decir, más de 6.000 MW cada año. La integración de las renovables también necesita de desarrollo de tecnologías de almacenamiento. Se espera añadir 6,6 GW en una década, aunque ahora mismo no hay prácticamente instalaciones de acumulación.

Biodiversidad

Además de la climática hay otra crisis de igual envergadura: la de la pérdida de biodiversidad tan importante para la buena salud del mundo como para garantizar la supervivencia humana. A día de hoy no se conoce el origen exacto de la covid-19, pero la ciencia lleva años alertando sobre las zoonosis, enfermedades que saltan de especies animales a humanos. La Organización Mundial de la Salud calcula que existen más de 200, y que más del 70% de las patologías que afectaron al ser humano en los últimos 40 años han sido transmitidas por animales salvajes. Para los naturalistas está claro que a menor biodiversidad, mayor es la capacidad de propagación de virus y bacterias.

Por otra parte, Naciones Unidas ha decidido dedicar este Decenio a la restauración de los ecosistemas. Esta es la generación que puede hacer las paces con la naturaleza, dice el organismo. Tanto los gobiernos, como las agencias de desarrollo o el sector privado pueden y deben contribuir a la restauración de los ecosistemas. No solo se trata de replantar o reforestar, también hay que convertir nuestras ciudades en lugares que garanticen el bienestar, a través de programas de renaturalización, mejorando la calidad de aire y construyendo casas más habitables y saludables y con menos gasto energético, recuerda. El invertir en naturaleza ayuda no solo a la salud, sino que garantiza la cuenta de resultados. «Solo cada dólar gastado en la restauración de bosques degradados puede originar un retorno económico de hasta 30 dólares», según la ONU.

Otro de los grandes desafíos que trae el futuro es el agua. Según la ONU casi la mitad de la población mundial ya viva en lugares donde sufren escasez al menos un mes al año. El cambio climático también esta modificando las condiciones hidrológicas. «En 2050, la cifra de personas sujetas a carestía podría doblarse, mientras que la cantidad de personas en riesgo por desbordamientos de ríos aumentará de 1.200 a 1.600 millones», dice el organismo internacional.

Aparte de las medidas de eficiencia (la imprescindible reducción del consumo) y la aplicación de la economía circular, hay encima de la mesa de instituciones como la FAO una serie de ideas para aumentar también el recurso disponible, a través de las llamadas aguas no convencionales. Las ideas, y su grado de desarrollo, son variadas: desde apostar por la desalinización a la recogida de agua de la niebla o la extracción de mayor recurso de las nubes bombardeándolas y obligándolas a descargar.

Residuos

Más de un 50% de la basura que se genera en España llega al vertedero sin tratar. El Gobierno quiere que para 2025, el 55% de los residuos se recicle o reutilice. En 2030, el 60%, y en 2035, el 65%. Todo para adecuarse al marco regulatorio común que establece un 10% máximo de restos en vertedero para cada país en 2035. Cada año llegan al vertedero directamente de los camiones tres millones de toneladas de restos, que podrían ser una fuente de nuevos recursos si se gestionan bien y se las da una segunda vida. Evitarían la extracción de nueva materia prima de la naturaleza, pero es que además, crear un economía circular alrededor de ellos puede ayudar a generar empleo. Solo en España, el crecimiento del empleo verde, generado en el sector del reciclaje, asciende al 18,8% desde 2017, según datos del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud de CCOO (ISTAS-CCOO).

De entre los residuos, algunos como el plástico preocupan especialmente. Solo en los ecosistemas marinos, se estima que entran entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas cada año. La legislación se lo está poniendo cada vez más difícil a este material, sobre todo al de un solo uso. Por ejemplo, la futura Ley de residuos recoge medidas como que los bares y restaurantes estarán obligados a servir agua de grifo o que a partir de 2026 los envases deberán pesar la mitad y para 2030 un 70% menos. Por otro lado, las botellas PET en 2025 deberán contener el menos un 25% de plástico reciclado (en 2030 este porcentaje será del 30%). En 2024 solo se podrán vender recipientes para bebidas de hasta tres litros, que incluyan sus tapas y tapones, pero no se podrán vender recipientes de vidrio o metal con tapas o tapones de plástico y ya en julio de este año dejarán de comercializarse productos de limpieza con microesferas, bastoncillos de algodón, cubiertos de plástico, pajitas y otros residuos irrecuperables.

También la normativa europea quiere poner el foco en el textil que a día de hoy termina mayoritariamente en vertedero o en los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). Por ejemplo, un móvil está hecho de un 58% de plástico, 17% vidrio y el 25% metales, como hierro, cobre, plata, oro y paladio. El reciclaje de una tonelada de estos aparatos (excluyendo batería) evitaría la emisión de más de ocho toneladas de dóxido de carbono, lo que equivale a las emisiones de un vehículo que recorriera tres veces la distancia entre Barcelona y Estocolmo, según datos de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER)

Nuestros sistemas de consumo y producción son insostenibles, recuerda la ONU, haciendo alusión al reto y la oportunidad de la transformación del sistema productivo. Otros problemas como la sobrepesca, el desperdicio alimentario o la degradación de los suelos también están afectados por este modelo económico lineal... Como se ve la lista de tareas pendientes es larga.