Sección patrocinada por
Medio Ambiente
Inmaculada Sanfeliu, Intercitrus: «Europa ha estado a las puertas de una emergencia fitosanitaria»
Inmaculada Sanfeliu (Valencia) preside Intercitrus desde 2021 y la patronal española de la naranja, el Comité de Gestión de Cítricos, desde 2020. Se trata de la primera mujer en ocupar este cargo; colofón a una trayectoria profesional ligada al sector citrícola. Un sector que estos días celebra un gran hito: Bruselas les ha escuchado. Tras años de reivindicaciones, la Unión Europea obligará a aplicar un tratamiento de frío a terceros países que quieran exportar naranjas y en los que esté presente la «falsa polilla», una de las plagas más amenazadoras de los últimos años. Pero no la única.
¿Qué sucede cuando entra una nueva plaga en el campo?
Pongámonos en antecedentes. En estos momentos, lo que impera en el mercado internacional es la globalización. Cada año se trafica con miles de millones de productos vegetales. Pero no viajan solos: en ellos se hospedan plagas y enfermedades. El riesgo no es solo que entren en España, sino que además se dispersen y se asienten.
¿Es cosa del cambio climático?
Cada vez tenemos inviernos más cortos y suaves, por lo que muchas plagas foráneas se establecen en nuevos ecosistemas donde antes no habrían sobrevivido. El cambio climático hace que las condiciones ambientales se conviertan en favorables para su desarrollo. Y muchas son especialmente especialmente peligrosas: se propagan rápido, generan daños ambientales, destruyen especies de plantas nativas y producen pérdidas económicas sustanciales.
¿Cómo se actúa?
El problema es que, como son nuevas, no se conoce su ciclo biológico ni los posibles tratamientos. Esto dificulta recurrir a alternativas al uso de fitosanitarios, como la lucha biológica. Es decir, el empleo de enemigos naturales que se alimentan del organismo nocivo. A veces, la única posibilidad que queda es el uso de pesticidas o plaguicidas, lo cual es grave, porque la tendencia actual es evitar su uso, que puede provocar daños en la salud o el medio ambiente. Esto ha pasado ya con el Cotonet de Sudáfrica, que se introdujo en España en 2009, extendiéndose sobre todo por la Comunidad Valenciana. Hoy todavía sigue fuera de control y causa pérdidas económicas muy graves a la citricultura, con el problema añadido de que se prohibió el uso de plaguicidas eficaces contra este organismo.
¿Cuál es la situación actual?
Desde el año 2000 se han introducido en España 16 plagas citrícolas foráneas. La UE considera como «prioritarias» 20 plagas por su impacto económico y ambiental en los cultivos y la biodiversidad. De ellas, 7 atacan a los cítricos. Los datos de EUROPHYT muestran que 2021 ha supuesto, con mucha diferencia, un año récord, con 208 partidas de cítricos afectadas interceptadas. Y eso solamente en el pequeño porcentaje que se muestrea (entre un 1 y un 5%) del total de lo que viaja. Con lo cual, si hay interceptaciones, quiere decir que los organismos organismos nocivos están entrando. Sobre todo, tenemos un temor muy grande a la propagación en España de tres organismos altamente peligrosos por la magnitud de los daños que pueden ocasionar: la falsa polilla, la mancha negra y el «greening». Este último ha hecho mermar la producción de naranjas en Florida de 12 millones de toneladas a dos millones. Si aplicamos estas consecuencias a España, en 7 años la citricultura se reduciría a la mitad y en 15 años desaparecería.
Hábleme de la «falsa polilla».
Se trata de una plaga cuarentenaria y prioritaria. Está clasificada en el top 20 de los organismos con mayor impacto. De extender se por nuestro continente, la magnitud de los posibles daños sería incalculable; supondría un desastre ecológico con graves consecuencias socioeconómicas. Europa ha estado alas puertas de una emergencia fito sanitaria de primer orden. Ha aprobado la obligatoriedaddeque las naranjas importa das de países no comunitarios con presencia de esa plaga (la mayoría, en Sudáfrica) reciban un tratamiento de frío; reivindicación que llevamos haciendo años. Esto es un hito, fruto de un trabajo lento y complejo. Sin embargo, la medida deja fuera a mandarinas y pomelos; además de que existen otras plagas. Por ello, seguiremos trabajando para combatir estas amenazas, sensibilizando a la comunidad europea sobre la necesidad de adoptar medidas para la prevención y detección precoz de los organismos en los países de origen. La mejor solución para detener una plaga es que no entre.
✕
Accede a tu cuenta para comentar