Una aterradora ola de calor causa en India cortes de luz e incendios en vertederos

Hasta 50º. Es la temperatura diurna que están soportando los habitantes de India y Pakistán desde hace semanas. En la mente de muchos, los datos de las sequías que se vivieron en esta zona del mundo en 2015 y que mataron en 2015 a 3.500 personas en estos dos países de Asia.

El agua ha empezado a escasear y el suministro eléctrico no llega para cubrir la alta demanda. Las centrales eléctricas se están quedando sin carbón y los incendios tampoco se han dejado esperar. Hace escasos días, medios franceses informaban de un incendio en el vertedero de Nueva Delhi consecuencia de las altas temperaturas. «La megaciudad de más de 20 millones de habitantes carece de infraestructuras modernas para tratar las 12.000 toneladas de desechos que produce a diario... Otros tres incendios han sido declarados en menos de un mes en el mayor vertedero de la capital, Ghazipur, una montaña de basura de 65 metros» relata France24.

El inusual evento de contar con temperaturas hasta ocho grados por encima de lo habitual durante semanas está produciendo también situaciones insólitas como la caída de un puente en Pakistán debido al colapso del glaciar Shisper.

En todo el mundo

India y Pakistán se suman a una lista de países que en los últimos meses están efrentando un calor extremo. «El pasado junio se registró una ola de calor muy acusada en el oeste Canadá y EE UU. Se dio nombre a la situación que la provocó («Heat Dome»), y tuvo bastante repercusión. En Canadá se registró una nueva máxima absoluta para todo el país el 29 de junio, con 49.6ºC. También en este mismo 2022, en Sudamérica se registró una ola de calor excepcional. Afectó especialmente a Argentina, pero también a Uruguay, Paraguay y Brasil. Los termómetros se dispararon durante varios días. Llegaron a registrar temperaturas cercanas a los 43ºC en algunos puntos de Argentina, mientras en Buenos Aires se quedaron en 41ºC», relata Roberto Granda, meteorólogo de eltiempo.es.

España también se encuentra inmersa en una de las olas de calor más tempranas desde que se tienen registros. Las temperaturas están alcanzando los 40 grados a mediados de mayo; registros de hasta 10-15 grados por encima de lo habitual en esta época del año.

Tendencia al alza

Los meteorólogos de eltiempo.es han utilizado los datos de más de 100 estaciones desde 1971 hasta ahora para concluir que el verano en la Península se está extendiendo y cada año llega antes y se marcha después. «Desde 1960 la tendencia es descendente e indica que se ha pasado de tener el primer día con 30ºC entre junio y julio a tenerlo claramente entre mayo y junio. El último día con 30ºC apenas ha variado, dándose alrededor de la primera quincena de septiembre», dicen.

Son varios los informes que, como este, dan pie a vislumbrar la huella del cambio climático tras episodios como los actuales en India o en España. Uno de ellos, hecho público por la Universidad de Bristol ha identificado las olas de calor más extremas registradas desde 1950. Además de la ola que sufrió el oeste de América del Norte el verano pasado, que batió récords con un máximo histórico de 49,6 °C en la Columbia Británica, el estudio menciona otros cinco episodios inusuales en fechas como 1998, cuando se registró una anomalía de hasta 32,8 °C; en noviembre de 1985 en Brasil, con un máximo de 36,5 °C y en el sur de EE UU en julio de 1980, cuando las temperaturas subieron a 38,4 °C. También avisan los investigadores de la Universidad de que los modelos matemáticos usados hacen temer que estos eventos extremos aumentarán de frecuencia.

Recortar emisiones

El último y contundente informe de los expertos en cambio climático de la ONU (el IPCC), hecho público recientemente, también va en esa línea. Afirma el IPCC que el aumento de olas de calor, sequías e inundaciones ya ha superado los umbrales de tolerancia de las plantas y los animales, y ha provocado la mortalidad en masa de diversas especies. Debido a estos fenómenos, millones de personas han quedado expuestas a una situación de inseguridad alimentaria e hídrica aguda, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, así como en islas pequeñas y el Ártico. Además, insiste una vez más en la necesidad de recortar emisiones lo más rápidamente posible para limitar los efectos del cambio climático y limitar la subida de las temperaturas medias entre 1,5 y dos grados de aquí a final de siglo.