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Economía circular
Los errores más comunes que cometemos al reciclar en el contenedor azul
¿Dónde tiro una servilleta de papel manchada con restos de alimentos? ¿Y la caja de una pizza? Pueden surgir dudas cuando se recicla y estos son los errores que debemos evitar
Fin de semana. Toca cenar, pero no te apetece cocinar. Quieres pedir a domicilio y, seguramente, lo primero que se te viene a la mente es pedir unas pizzas. Pero, después de degustarlas, ¿qué ocurre con el cartón que se encarga de contenerlas? ¿Dónde hay que tirar las cajas de pizza? Hay quienes piensan que, por raro que parezca, las cajas de la pizza no se depositan en el contenedor azul, de papel y cartón. Puede considerarse que, al estar sucias podrían, perjudicar el proceso de reciclaje.
Pero lo cierto es que las cajas de pizza están hechas de cartón o cartón corrugado, un material 100% reciclable. Esto significa que la respuesta es sí. Tras su uso, las cajas de pizza vacías deben depositarse en el contenedor azul para ser recicladas y alargar su vida últil. Y es que, en los tiempos que corren, pedir a domicilio o recibir productos en casa adquiridos a través del ordenador es cada vez más común, lo que genera grandes cantidades de envases de cartón.
Conscientes de la situación, varios influencers se sumaron a la campaña Reboxing de Ecoembes para «darle una vuelta» a la moda del unboxing (grabarse reaccionando a los paquetes de correo que te llegan a casa) para concienciar sobre la importancia de plegar las cajas antes de enviarlas a reciclar. También Aspapel, la principal asociación española de fabricantes de pasta, papel y cartón, señala que «si introducimos introducimos las cajas sin plegar, estamos saturando los contenedores innecesariamente y nuestros vecinos ya no tendrán sitio en el contenedor para su papel y cartón».
España va por buen camino. En 2021, cada ciudadano depositó de media 19,3 kilogramos de papel papel y cartón en los 240.297 contenedores azules situados en nuestro país, según los últimos datos publicados por Ecoembes. Esto equivale, aproximadamente, a tirar una bolsa con estos envases al contenedor cada 8 días.
Una vez depositados los residuos en el contenedor azul, llegan llegan a las plantas de recuperación –donde se limpian, se clasifican y se prensan–, para ser trasladados a las fábricas recicladoras, que obtienen materiales reciclados de gran calidad que se emplean para la fabricación de nuevas cajas de cartón, periódicos, folios, libros, etcétera. El año pasado, de las 1.570.513 toneladas de envases de plástico, metal, brik, papel y cartón enviadas a instalaciones recicladoras, 637.823 eran de papel y cartón.
Las dudas más típicas
El 90% de los ciudadanos españoles dicen tener claro qué residuos corresponden al contenedor azul, según el estudio «Hábitos de la Población Española ante el reciclaje» realizado por Instituto Catchment para Ecoembes, lo que demuestra que el reciclaje de los envases de papel y cartón está ya muy asentado en nuestra sociedad. Sin embargo, pueden surgir ciertas dudas con respecto a algunos residuos.
¿Si una servilleta de papel está impregnada de aceite de fritura debemos depositarla en el contenedor azul? ¿Y un pañal usado o una toallita húmeda? En el primer caso, no debemos depositarla en el contenedor azul. Los desechos diarios como servilletas de cocina o papeles sucios deben ir en el contenedor de desechos orgánicos, siempre que lo tengamos o, en caso contrario, al gris de restos. Por otro lado, los pañales, las compresas o las toallitas también pueden ser un residuo impropio que llega de vez en cuando a este contenedor, pero ni son envases de papel y cartón ni son envases de plástico (contenedor amarillo), así que su lugar es el contenedor de restos (el gris).
Aun así, uno de los principales errores que puede cometer una persona recicladora, si no el que más, es con el brik de leche o de zumo. Pensamos que es cartón y por tanto lo depositamos en el contenedor azul. ¡Pero esto no es así! El brik siempre va al contenedor amarillo, ya que está compuesto por cartón, pero también por plástico y aluminio. En cualquier caso y, ante las dudas que puedan surgir, existe un asistente inteligente de reciclaje llamado A.I.R-e, un chatbot gratuito, que resuelve todas estas cuestiones a la ciudadanía.
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