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Medio Ambiente
China pierde población
El interés por la demografía ha crecido en el mundo actual, sencillamente por el proceso de maduración de la población. En una larga serie de países, que ven reducirse notablemente sus tasas medias de fecundidad que quedan ya tan bajas como en China, con 1,17 hijos por mujer, y en España alrededor de 1,2. Siendo 2,1 el coeficiente que garantiza el crecimiento poblacional a largo plazo.
Los efectivos de futuros trabajadores están empezando a caer incluso incluso en África y en el sur de Asia. Puede estar poniéndose en marcha una nueva situación de escasez generalizada de fuerza de trabajo, ya con movimientos migratorios muy expresivos de esa tendencia.
Siendo evidencias todo lo dicho, sin embargo ha sido en enero de 2023 cuando ha llegado la gran noticia: China perdió población el año pasado, unas 850.000 personas, por primera vez desde los tiempos del «Gran Paso Adelante» (GPA, 1958-1961), cuando Mao promovió una industrialización imposible, por una serie de aberraciones tecnológicas. Lo que significó la muerte masiva por hambrunas de no menos de 15 millones de chinos.
Mao era un gran expansionista: cuanta más población, mejor, más poder, y durante su dominio entre 1941 y su muerte en 1976, a pesar de las experiencias como el GPA y la Revolución Cultural, la población de China superó la cifra de los mil millones, para llegar en 2021 a 1.414. Y el caso es que hoy los chinos podrían ser 400 millones más (1.800 millones en total), si no hubiera prevalecido la política de hijo único, que desde la muerte de Mao impuso férreamente Den Xiaoping, en 1980. Un horizonte demográfico vigente hace pocos años, seguido recientemente con la permisibilidad de primero dos hijos, y de un tercero después. Pero los chinos ya se han acostumbrado al hijo único, y va a ser muy difícil que cambie la tendencia demográfica actual. ¿Lo intentará radicalmente el pretendidamente cuasipoderoso Xi Jinping?
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