Almirante Carrero, 50 años

Los aniversarios, con muchos años por detrás, a veces medio siglo como en este caso, del 20 de diciembre de 1973, del asesinato del Presidente Carrero Blanco, permiten una reflexión de interés. Superando visiones a veces un tanto mediocres sobre un momento histórico lleno de incertidumbres y conjeturas.

En esa línea de pensamiento y de manera cínica y fría, la mayoría estima que la muerte del Almirante facilitó la salida de la autocracia de Franco a la democracia. Y que sin haber desaparecido Carrero, la transición que se produjo no habría llegado de forma tan rápida con el consenso que hoy valoramos tanto.

Permítanme que tenga mis dudas sobre esa forma de ver las cosas. La Transición, ya sin sombra del 20 de diciembre de 1973, fue lo que fue, porque los dirigentes políticos españoles, llegado el caso, alcanzaron un acuerdo en lo que he explicado ya muchas veces como nuestro «compromiso histórico»: Ley de Reforma Política, negociación de las bases de las elecciones del 15-J del 77, Pactos de la Moncloa, y Constitución del 78. Eso es lo que decidimos, y la Transición resistirá los ataques de los que hoy quieren acabar con sus ideas más positivas, y abrir un negro panorama para España. Algo que no conseguirán.

Lo que está menos claro es que el Almirante Carrero fuera a ser simplemente el heredero de Franco y manejar el franquismo «per secula seculorum». Hay indicios de que a su manera estaba preparando una transición que no sabemos cómo habría podido terminar sin el atentado del 20 de diciembre de hace cincuenta años. Dejemos que las investigaciones y pesquisas clarifiquen una serie de hechos hoy en la obscuridad, y tengamos así una idea más clara de qué estaba en la antesala de la Historia.

NOTA BENE: Sin conclusiones definitivas, dejamos para el viernes 22 de diciembre nuestra apreciación de la COP-28.