La contra

Contragolpe del 18 de julio... de 2025

Planeta Tierra

Ramón Tamames
Ramón Tamames Cristina BejaranoLa Razón

La pesadilla empezó hace siete años, con la llegada al poder de Pedro Sánchez mediante una desastrosa moción de censura al Presidente Mariano Rajoy. En la idea de un gobierno Frankenstein, formado por una variopinta coalición de investidura en la que se dio cabida a separatistas (Junts y PNV), antiguos terroristas (Bildu), e izquierdosos arrepentidos.

A todos ellos los tiene reunidos el gobierno en su apoyo con promesas de cambios dramáticos en el funcionamiento de la Constitución de 1978 sin respetar su Título X de la reforma, y del Estado español. Camino de convertirse todo eso en algo más disparatado. Quieren cambiar casi todo en torno al 18 de julio de 2025, con ataques en mucho análogos a la legalidad, parecido a como se hizo en 1936 con la Constitución de 1931.

Ahora se trata de aplicar a Cataluña el viejo sistema del cupo vasco, es decir, atribuir a una Agencia Tributaria Catalana todos los ingresos fiscales en las cuatro provincias de Barcelona, Tarragona, Lérida y Gerona. Así, la fiscalidad polarizada por la Generalidad para toda Cataluña en 2024 alcanzaría 43.673 millones de gastos frente a los actuales 5.000. Rompiendo así la homogeneidad del sistema fiscal español instaurado desde el siglo XIX, con una posible independencia desde la mansión Waterloo de Bruselas por Puigdemont y Cía. Y también por el dubitativo Junqueras, que ha perdido toda noción de solidaridad.

El segundo golpe evocador un alzamiento contra la legalidad, sería la exigencia inmediata desde el País Vasco de la transferencia a las autoridades de Vitoria/Gasteiz de una parte de la Caja Única de la Seguridad Social. Incluyendo todo lo relativo a desempleo (paro y subsidio de paro), y exigir mañana toda la referida caja única para un estado vasco independiente. Anotemos de momento que el presupuesto global de Vitoria/Gasteiz ascendió en 2024 a 15.080 millones de euros, en un presupuesto casi nivelado. Con un cupo de 1.504 millones, cifra que no parece correcta.

Veremos qué pasa al final: habrá resistencia a tanto desmán de Sánchez para seguir vegetando en La Moncloa.