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Naturaleza
¿Cuántos lobos hay realmente en España y dónde habitan? Mito y realidades de este gran depredador
Actualmente habría en nuestro país cerca de 300 manadas, entre 2.500 y 3.000 ejemplares. Se sitúa al norte del Duero pero se confirma su presencia en Madrid o Castilla-La Mancha
El lobo ibérico (Canis lupus signatus) es una especie emblemática en la fauna española, que ha estado rodeada de debates y controversias, especialmente en las últimas décadas. Si bien su número ha fluctuado a lo largo de la historia, actualmente se estima que la población de lobos en España ha aumentado en los últimos años, aunque sigue siendo objeto de intensas disputas, principalmente entre conservacionistas y ganaderos. Este reportaje busca arrojar luz sobre la cantidad actual de lobos, su distribución geográfica, hábitos, características y el impacto real que tiene sobre el ganado.
Población de lobos en España: cifras actuales y evolución
Según datos recientes, la población de lobos en España ha experimentado un aumento notable. Un informe de 2021 del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico estimó que existen alrededor de 297 manadas en todo el país, lo que se traduce en una población que oscila entre los 2.500 y 3.000 ejemplares. En comparación con estudios previos, como el censo de 2014, se ha detectado un aumento de alrededor del 26% en la población total de lobos.
Según informaba el pasado año la revista Jara y Sedal, el científico Mario Sáenz de Buruaga Tomillo aseguraba que «los censos nacionales de lobos se suelen hacer cada cinco o diez años. Una especie como esta tampoco es que cambie de año a año, pero en algunos lugares como Castilla y León o Galicia, las poblaciones sí han variado en los últimos tiempos». De todos modos, a tenor del aumento de los daños a la cabaña ganadera que se han producido en los últimos años podemos deducir que la población de lobos se haya incrementado notablemente, opina.
Históricamente, el lobo estuvo presente en casi todo el territorio español. Sin embargo, su población se vio drásticamente reducida debido a la persecución sistemática durante el siglo XX, casi llegando a la extinción en algunas zonas. Hacia mediados de los años 70, la población de lobos se limitaba a las regiones del noroeste del país, particularmente en Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León. Gracias a las políticas de conservación y la protección legal implementada en diversas áreas, el lobo ha logrado recuperarse en algunas de sus áreas tradicionales. De hecho, está consolidando su presencia en territorios como Madrid, La Rioja y Castilla-La Mancha (está confirmada en Guadalajara, y desde el 2022 se vienen observando en el norte Toledo, posiblemente procedentes de la provincia de Ávila), y detectándose con frecuencia en Aragón, Extremadura y Cataluña, aunque no se han confirmado grupos reproductores en estas últimas.
En la Comunidad de Madrid, la distribución de lobo se circunscribe a la Sierra del Rincón, Valle del Lozoya y alrededores de Santa María de la Alameda. Hay presencia estable en el suroeste del Guadarrama. Los datos oficiales confirman la existencia de cinco manadas.
En general, se puede decir que actualmente el lobo ibérico se distribuye principalmente al norte del río Duero, donde su presencia es más estable y está mejor documentada. Comunidades autónomas como Castilla y León, Galicia, y Asturias concentran la mayor cantidad de ejemplares. En Castilla y León, por ejemplo, se encuentran alrededor del 60% de las manadas de lobos ibéricos, mientras que en Galicia habitan unas 90 manadas. En el sur del Duero, la situación es más precaria, ya que la población es menor y se enfrenta a mayores desafíos, como la fragmentación de su hábitat y la caza furtiva.
Características y hábitos del lobo ibérico
El lobo ibérico, una subespecie del lobo europeo, se distingue por tener una coloración más clara y manchas características en las patas delanteras, de ahí su nombre "signatus", que significa "marcado". Su tamaño varía entre los 70 y 80 cm de altura en los machos y su peso oscila entre los 25 y 50 kg, siendo las hembras ligeramente más pequeñas.
Los lobos ibéricos son animales sociales que viven y cazan en manadas familiares, que pueden estar formadas por entre 4 y 10 individuos, dependiendo de la época del año. Su dieta es principalmente carnívora, aunque también pueden complementar su alimentación con frutas y otros alimentos si es necesario.
En cuanto a la reproducción, las hembras suelen tener una sola camada al año, generalmente entre los meses de marzo y abril. El período de gestación es de unos 63 días, y las camadas pueden variar entre 3 y 8 cachorros. Estos cachorros permanecen con la manada durante aproximadamente un año antes de independizarse .
Hábitats preferidos y patrones de caza
Los lobos ibéricos prefieren áreas boscosas y montañosas donde pueden encontrar refugio y alimento. En España, los lobos habitan principalmente en zonas rurales, lejos de las grandes aglomeraciones urbanas, aunque la expansión de su territorio en los últimos años ha generado su aparición en zonas más cercanas a los humanos.
En cuanto a la caza, los lobos son depredadores oportunistas que cazan en grupo para derribar presas más grandes como ciervos, corzos o jabalíes. Sin embargo, su alimentación también incluye animales más pequeños como conejos o roedores, especialmente en épocas de escasez. La caza cooperativa es una de sus habilidades más notables, utilizando estrategias grupales para acorralar a sus presas .
Impacto en el ganado: mito y realidad
Uno de los mayores puntos de controversia en torno al lobo ibérico es su impacto sobre el ganado. Los ganaderos, especialmente en el norte del país, han expresado en repetidas ocasiones sus quejas sobre los ataques de lobos a ovejas, vacas y cabras. De hecho, algunos sectores del mundo rural ven al lobo como una amenaza que ha empeorado su situación económica en los últimos años.
Según un informe de la Fundación Artemisan, vinculada con el sector cinegético, se estima que en 2022 los lobos causaron más de 9.000 ataques al ganado en todo el país, siendo Castilla y León la comunidad más afectada con alrededor de 6.000 de estos ataques . Sin embargo, es importante señalar que los ataques de lobos representan una fracción relativamente pequeña de las pérdidas totales de ganado. Las muertes de animales causadas por enfermedades, accidentes y otros depredadores como los perros asilvestrados superan con creces las provocadas por los lobos .
La frecuencia de los ataques y efectividad de las medidas depende de cada CCAA, aunque en líneas generales los territorios con mayor número de manadas son en los que los daños siguen siendo frecuentes y muy cuantiosos. En los últimos años se han superado los 8.000 expedientes y 10.000 cabezas afectadas por año, con una cantidad anual de 3.5 millones de € para compensar los daños y más de 4 millones de € para implementar medidas preventivas Se ha producido una pérdida de cerca de medio millón de cabezas de ganado en las cuatro comunidades autónomas con mayor número de manadas (18,9%), hecho que contrasta con el incremento de las poblaciones de lobo en estos territorios y el incremento global del 26%.
Dado que las poblaciones de lobo ibérico fueron introducidas en el LESPRE en septiembre de 2021, y desde entonces no es posible realizar aprovechamiento cinegético (aunque sí acciones de control), este incremento poblacional se produjo cuando la especie aún era cinegética al norte del Duero. Por lo que la caza no era un factor que afectara de forma negativa a sus poblaciones.
Según el informe de Artemisan, hay zonas en España, como es el caso de los Ancares (entre Galicia y Castilla y León), donde la presencia de lobo (unido a enfermedades), está contribuyendo a la rarificación y desaparición de especies cinegéticas como el corzo y otras como la reserva regional de Gredos donde su presencia ha influido en las poblaciones de macho montés y su estructura poblacional.
Conservación y gestión del lobo en España
En 2021, el gobierno español dio un paso importante al proteger al lobo ibérico en todo el territorio nacional, prohibiendo su caza en cualquier región del país. Esta decisión fue celebrada por organizaciones conservacionistas, pero al mismo tiempo generó gran descontento entre los ganaderos, que consideraron que se les dejaba desprotegidos frente a los ataques de los lobos. Desde entonces, se ha impulsado el uso de medidas preventivas para proteger al ganado, como el empleo de perros pastores y cercados eléctricos, pero su implementación ha sido desigual y no siempre efectiva .
Por otro lado, hay proyectos de conservación y turismo que han intentado mostrar una faceta más positiva del lobo. En áreas como la Sierra de la Culebra, en Zamora, el avistamiento de lobos se ha convertido en una actividad turística que beneficia a las comunidades rurales, generando ingresos a través del ecoturismo y la observación de fauna .
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