Decadencia de Occidente (I)

En varias, bastantes ya, ocasiones, me he referido en esta columna a los debates que tenemos en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, muchas veces llenos de interés por las posiciones que se plantean y que luego se discuten. En ese sentido, el pasado martes 28 de febrero, Emilio Lamo de Espinosa rememoró en su intervención el hecho de cumplirse los cien años de la fundación de la «Revista de Occidente», promovida por José Ortega y Gasset, con gran éxito intelectual. Pero con la Guerra Civil, se dejó de publicar, para reaparecer después.

Coincide el aniversario del centenario de tan excelsa revista con la aparición del libro de Oswald Spengler «La decadencia de occidente». Un tema muy controvertido, que derivaba de la desastrosa guerra mundial, preconizándose el declive de Europa y el inmenso poderío de los EEUU. Atisbándose ya que la Unión Soviética podría llegar a ser una gran potencia, sobre todo en lo militar. En tanto que China tendría que aguantar décadas aún para posicionarse en primera línea.

En cierto modo, el debate versó sobre la actualidad de la misma tesis de la decadencia, no tanto de occidente, sino de Europa. «No se den Vds. tanta prisa en acabar con los protagonismos de hoy, pensando en los de mañana», podría avisarnos algún observador atento.

Porque, efectivamente, a China le quedan todavía «unos hervores» para aproximarse y adelantar a la Unión Norteamericana, que está todavía muy por delante, se supone, en capacidades científicas y tecnológicas, amén de militares. Aunque es verdad que ya se pueden comparar los PIB de ambos países, mayor en términos de poder adquisitivo el de China, pero todavía lejos en otras facetas del resplandor de gran potencia hegemónica que encabeza Washington DC. Como el tema es más que interesante, seguiremos la semana próxima. E-mail: castecien@bitmailer.net