¿Puede la energía renovable marina contribuir a la descarbonización de la economía?

Energías renovables como la marina están cogiendo impulso para erigirse como uno de los instrumentos más eficaces para combatir el calentamiento global. En nuestro país, además, contamos con un altísimo potencial para este tipo de recurso, sobre todo en las vertientes atlánticas y cantábricas.

Por ello, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) diseñó una hoja de ruta para el desarrollo de las energías del mar en España, que se encuentra alineada con otras estrategias de la Unión Europea en esta materia. Todo, con un objetivo: conseguir reducir las emisiones de carbono a cero.

Este documento tiene 4 objetivos principales:

• Convertir a España en una referencia europea para el desarrollo tecnológico y la innovación ambiental de este tipo de energía.
• Convertir a España también en un referente internacional en capacidades industriales y en el conjunto de la cadena de valor del sector.
• Impulsar el desarrollo de estas energías de manera sostenible desde un punto de vista ambiental y social.
• Establecer un marco estatal adecuado.

Además, en esta hoja de ruta queda patente que las energías marinas y del mar pueden ser un vehículo indispensable para alcanzar los propósitos de descarbonización. De hecho, esta estrategia perfila la trayectoria de transformación del sistema energético para los años 2030 a 2050 y traza la evolución de nuestro país hacia la neutralidad climática antes de alcanzar la mitad de siglo.

Sin azul, no hay verde

En este contexto, la economía azul, que tiene como centro el papel de los mares y sus ecosistemas, ha sido la protagonista indiscutible de unas jornadas a principios de este mes en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander (Cantabria).

El motivo era el comienzo del curso de verano Desafíos y Oportunidades de la Economía Azul y repasó y discutió los principales retos a los que nos encontramos, desde el punto de vista de la protección y conservación de nuestro medio marino. Los plásticos, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y, por supuesto, el cambio climático, son algunos de los factores que más amenazan a nuestros océanos.