Globalización

En estos días últimos hemos tenido una muestra más de que la globalización nos afecta a todos, de que vivimos en un mundo en el que cada día se nos ofrece como gran conjunto interpenetrado. Todo empezó con el Tratado de Tordesillas (1494), cuando se produjo la primera visión global del planeta Tierra: portugueses y españoles marcaron el reparto del mundo.

Así las cosas, el colapso del Silicon Valley Bank (SVB) de la más florida California, es muy expresivo de la referida interconexión de todo con todo. Y de cómo una situación de quiebra en una institución de crédito que hace el número 16 en EE.UU., afecta a todos los centros financieros del mundo. Por un exceso de crédito concedido a empresas difícilmente solventes en momentos de tensión, o por otras razones del tejido financiero internacional cada vez más intrincado y de mayor densidad. Se discutirá, pues, por mucho tiempo, cuál es la razón de que tal cosa haya sucedido, tras las reformas introducidas como consecuencia de la Gran Recesión de 2008 a 2011, que comportó el más grave estado de cosas después de la Gran Depresión de los años 1929 a 1939.

Dentro de la Unión Europea, los 27 países que estamos en ella, y sobre todo los 20 que ya nos situamos con el euro como moneda propia, estamos relativamente a salvo del impacto de la quiebra del SVB. Afortunadamente disponemos de un Banco Central Europeo con capacidades de supervisión muy notables, e incluso estamos llegando casi –siempre el casi—, a un sistema de garantía bancaria.

De todas formas, ojo avizor a lo que pueda pasar. Como dice Warren Buffet, mucho cuidado sobre dónde ponemos nuestro dinero, desconfiando siempre de los productos financieros que no entiendan por completo. Eso es lo que hace el “Mago de Omaha”, con sus 92 años y 57 al frente del Fondo Berkshire Hathaway. Saludos y enhorabuena una vez más, Warren.

Correo electrónico: castecien@bitmailer.net