Guerra Civil

Los asesinatos encubiertos de la retaguardia catalana

José Figueras y José Sucarrat fueron algunas de las numerosas víctimas inocentes que eran detenidas y cuyos cuerpos, tras morir, llenaban los cementerios y cunetas

Los asesinatos encubiertos de la retaguardia catalana
Los asesinatos encubiertos de la retaguardia catalanaBiblioteca Digital HispánicaCreative Commons

Existen unos parámetros idénticos de todas las víctimas de la retaguardia catalana. Iban a sus casas o lugares de trabajo, eran detenidos, se les trasladaba a un centro de detención, y a las pocas horas o días a un cementerio o carretera para asesinarlos. Los cementerios y las cunetas se llenaron de personas inocentes.

El cadáver de José Figueras Vives ingresó en el Depósito Judicial el 1 de diciembre de 1936 a las doce de la noche. Había sido detenido el 27 de noviembre de 1936 en los almacenes El Águila de la Plaza Universidad -donde trabajaba desde hacía 47 años- por los que dijeron ser policías de la Generalidad, afectos al servicio de investigación especial a las órdenes directas de Dionisio Eroles y Aurelio Fernández. Fue asesinado en el Hipódromo.

Se le abrió ficha y en ella decía: “Un hombre, de unos 60 años, pelo rubio canoso, bigote, talla alta, delgado, traje gris, abrigo oscuro, iniciales J. F. Presenta dos heridas de arma de fuego en la región temporal derecha, otra en la comisura labial, otra en la región frontal y otra en la región pariental izquierda con explosión del cráneo. Diagnóstico: Fractura del cráneo”. Curiosamente no se anotó nada del arma de fuego. Su muerte fue por un traumatismo craneal. Nadie lo había asesinado. Solo era un accidente.

El cadáver de José Sucarrat Monte fue exhumado de la fosa del cementerio de Montcada y Reixach el 30 de marzo de 1938. Lo asesinaron el 15 de septiembre de 1936 a los 39 años. El mismo día se asesinó en el cementerio de Montcada y Reixach 19 personas más. Se le abrió ficha y en ella decía: “Sexo, masculino. Hábito interno, normal. Color de la piel, no se aprecia. Cabellos, castaños rubio. Pelos, normales, rubio castaños. Dentadura incompleta, puente de oro. Vestía: pantalón, pañuelo de cuello atado al mismo, blanco, punteado en blanco. Pulóver abierto en medio con bolsillo en las partes inferiores. Ropas interiores: calzoncillos blancos cortos. Camisa azul punteada granate, cuello adjunto, puño inglés con un desgarrón en la parte superior izquierda. Camisa blanca de algodón abierta en medio. Camiseta, D.H., calcetines blancos rayado negro horizontal. Alpargatas blancas. Relación de autopsia: orificio de entrada con estallido de la bóveda craneana con separación de fragmentos. Estado de conservación del cadáver: adipocira. Otros detalles: pelo en la cara de cinco a seis días”.

Como en el caso anterior una bala le había reventado el cerebro. A diferencia del anterior su cadáver sufrió adipocira. ¿Qué es esto? Sustancia blanca o ligeramente amarilla, untuosa al tacto cuando es reciente y quebradiza si es antigua, en que se transforman los tejidos del cadáver sumergido en el agua o enterrado en lugares húmedos. Se conoce también con el nombre de grasa cadavérica.