León

Menores a la fuga

Menores a la fuga
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SOS Desaparecidos alerta del importante aumento de huídas, en especial de chicas

Discusiones familiares, problemas con los estudios, relaciones de pareja conflictivas... Son las principales causas de las desapariciones de menores que, en la mayoría de los casos, terminan en fugas de pocos días e, incluso, de algunas horas.

El dato que facilitó ayer la Fundación Simetrías proviene de la Policía Nacional y, de acuerdo con Ángeles Díaz, presidenta de la asociación, «en 2013 el número de menores fugados ascendió hasta los 13.000, aunque sólo 460 jóvenes permanecen en búsqueda activa». De acuerdo con esta entidad, detrás de estas salidas está la crisis porque «existen dos millones de familias en exclusión severa en España» y esta circunstancia es clave para que se desaten los «conflictos intrafamiliares». No obstante, un gran número de estas fugas se producen de centros de acogida. «Canarias es la comunidad autónoma donde nosotros hemos contabilizado que se dan más casos de desapariciones de instituciones. En gran parte está relacionado con que en esta comunidad el número de inmigrantes es más elevado que en otras», apunta Fran Jiménez, coordinador de SOS Desaparecidos, una ONG a la que llegan llamadas de padres cada día y que distribuye casi todas las alertas de desaparecidos que se dan en nuestro país.

A Jiménez no le sorprende el dato que aporta la Fundación Simetrías ya que «a lo largo de este año estamos percibiendo un aumento en las fugas de menores. En especial, de chicas adolescentes, de entre 14 y 16 años. Está repuntando». De estos casos la sociedad no suele tener conocimiento porque «no hacemos difusión de ellos». Al entrevistar a los padres que interponer la denuncia de desaparición, «muchas veces vemos que antes de las fugas se producen discusiones en la casa que determinan que su ausencia es voluntaria», es decir que la menor quiere desaparecer. En la mayoría de estos casos, como recalca Jiménez, «suelen volver a casa pasadas unas horas o algún día» y por ello no se distribuye su imagen o sus circunstancias. Esta organización asegura que «a lo largo de este año nos han llegado más de 150 denuncias de desapariciones, pero sólo se han activado en 15-20 casos». SOS Desaparecidos no sabe muy bien los motivos que están detrás de estas fugas, aunque sabe que la edad crítica que marca la adolescencia está muy relacionada con estos conflictos. «En un solo día hemos llegado a tener siete desapariciones encima de la mesa. Todas, denuncias de las propias familias».

Otra de las entidades que trabajan con menores es la Fundación ANAR que tiene un teléfono exclusivo para menores desaparecidos, el 116000. Sólo en 2012 recibieron 1.934 llamadas, la mayoría –un 88%– de padres. De éstas, el número de casos de menores desaparecidos superó los 160 casos y la mitad de ellos se fugaron de su casa. En lo que se refiere a 2013, como afirman a este diario fuentes de la Fundación, se contabilizaron 229, de las que, como en el año anterior, la mitad eran salidas voluntarias. Esta institución participó activamente en la búsqueda de una de las desapariciones más recientes, la de Aurora, una joven madrileña de 16 años que desapareció un viernes antes de ir a clase y a la que localizaron días más tarde en León.

No obstante, aunque la problemática de las fugas preocupa a todas las organizaciones, tanto Simetrías como ANAR insisten en otro problema acuciante: los malos tratos que los hijos infligen a sus progenitores. «Sólo en 2013 se formalizaron más de 9.000 denuncias de padres a hijos», afirma Díaz.