Mazda CX30: una ecuación equilibrada

El mercado parece estar invadido de todocaminos de grandes dimensiones. Los SUV son los preferidos por la clientela y copan ya más del 40% de las ventas. Pero en pocas ocasiones nos encontramos con un modelo como este CX-30, que, con sus 4,40 metros de longitud, tiene las dimensiones justas para asegurar una habitabilidad confortable en su interior, una amplia zona de equipajes y resulta muy manejable en el tráfico urbano. Si lo unimos a una acertada estética y a su etiqueta Eco gracias a su hibridación, este Mazda es una de las alternativas más apetecibles para el cliente.

Dentro de la gama de la casa japonesa, el CX-30 se sitúa entre el CX-3 y el CX-5, con unas medidas adecuadas para convertirse en el coche ideal de una pareja o el segundo coche de familia. Mantiene algunas señas de identidad con el CX-3, como por ejemplo toda la zona del salpicadero. Dispone de una habitabilidad ideal para viajar cuatro personas si apreturas y ofrece un maletero de grandes dimensiones, con hasta 430 litros de capacidad, que puede ampliarse abatiendo los respaldos de los asientos posteriores en conjunto o separadamente en proporción de un tercio y dos tercios. La carga se facilita gracias a un gran portón trasero que tiene cierre automático por botón.

La estética es uno de los puntos fuertes de este automóvil, en el que destaca un frontal poderoso con la gran parrilla delantera y su escudo central. Se ha conseguido una línea armoniosa en una carrocería que es algo más corta, pero apreciablemente más alta que su hermano anterior. Con el llamado diseño Kodo, se ha desarrollado un SUV con un aire deportivo con un toque de audacia que se deja notar en la línea alta de cintura rematada en la zona posterior con el dibujo de unos faros traseros muy estilizados. La mitad superior de la carrocería tiene la silueta aerodinámica de un cupé, mientras que la parte inferior cuenta con un revestimiento negro que transmite la sensación de solidez y que protege a la carrocería de rozaduras. Y todo ello por un precio ajustado, ya que las versiones más asequibles pueden comprarse desde 24.800 euros.

Por lo que se refiere a la mecánica, Mazda ofrece en este modelo tres alternativas de motorización, todos con la tecnología Skyactiv, dos de ellos de gasolina y un diésel. Los primeros dan una potencia de 122 o 179 caballos y el bloque de gasóleo llega a los 116cv. En todos los casos se puede montar la caja de cambios automática de seis velocidades y en el caso de la más potente, también puede incorporar cambio manual. La tracción es delantera o a las cuatro ruedas como opción. Puede pensarse que en los dos primeros casos no son potencias excesivas, pero resultan suficientes para asegurar una conducción agradable en viajes y una movilidad ágil en ciudad, y todo ello con unos consumos más que moderados

El nuevo Skyactiv-X de 2,0 litros de Mazda es el primer motor de gasolina de producción en serie que utiliza las ventajas del encendido por compresión propio del diésel. La clave de su funcionamiento es el empleo de una mezcla muy pobre de aire y combustible con una combustión muy eficiente en términos de consumo y emisiones. De hecho, la mezcla que utiliza es de 2 a 3 veces más pobre que la de los motores convencionales de gasolina actuales. Contiene tan poco combustible que no es posible la ignición con un motor normal de bujías.

Uno de sus puntos fuertes es lo agradable de su conducción. Suavidad y silencio son una constante en este medio híbrido que, por su mecánica, lleva etiqueta Eco, con las ventajas que esto conlleva. La comodidad de su puesto de conducción se ve completada por un estupendo equipo de sonido Bose y todas las ayudas a la conducción habituales en las grandes berlinas, así como los sistemas para hacer de su interior un espacio totalmente conectado. Un coche, en definitiva, para quienes buscan un acertado equilibrio entre la belleza y la tecnología en una marca de vanguardia y a un precio muy razonable.