Coche eléctrico

¿Qué debo hacer para instalar un punto de recarga en casa?

Las instalaciones serán más complicadas en el garaje de un edificio de vecinos que en una vivienda unifamiliar

El Cupra Formentor se hace híbrido enchufable
El Cupra Formentor se hace híbrido enchufableCUPRACUPRA

El aumento del parque de automóviles eléctricos está planteando problemas de recarga de baterías. La falta de infraestructura pública de puntos de enganche está obligando a los poseedores de este tipo de coches a tener su cargador propio. Pero para su instalación es necesario dar una serie de pasos técnicos que requerirán la asesoría de un técnico especializado.

Los poseedores de automóviles totalmente eléctricos deben tener previsto un punto de recarga rápida en la casa o en el lugar de trabajo. No serán necesarias grandes potencias de instalación, ya que en el lugar de residencia lo más económico será la utilización de las horas de electricidad valle, es decir, por la noche, cuando las tarifas son más baratas. Por ello, es aconsejable realizar la instalación de un sistema de recarga de coches en el hogar y evitar así la dependencia única de la infraestructura pública.

Lo primero que deberemos estudiar es la vinculación al circuito eléctrico del edificio. Todo dependerá de si el usuario reside en una vivienda unifamiliar o si dispone de una plaza de garaje en un piso comunitario. En la primera opción, basta con disponer de un enchufe convencional con toma schuko e instalar, de acuerdo con la normativa, un circuito desde el contador de la vivienda hasta el punto de recarga. Lo ideal es que este dispositivo disponga de protección eléctrica y garantice la intensidad deseada. Esta instalación, al resultar especializada, es mejor que la lleve a cabo un experto que asegure los sistemas y la conexión correctos del cargador al contador.

Otro apartado es el punto de recarga de pared. Por norma general, la conectividad al cargador incorporado por los fabricantes suele proporcionar una potencia menor que requiere muchas horas de carga, ya que no suele superar los 3,3 kw. Por ello, lo más apropiado es recurrir a la instalación de un punto de recarga de pared (wallbox), capacitado para suministrar la energía requerida con seguridad. El usuario podrá elegir entre varios modelos de potencia, atendiendo a las características de su vehículo y las particularidades de la carga necesaria. Cabe tener en cuenta que las potencias de recarga deberían aumentarse si, además, se pretende contar con otras funcionalidades como el control dinámico de potencia, entre otras opciones.

En un garaje comunitario, antes de iniciar la instalación se debe notificar esta necesidad por escrito a la comunidad de vecinos, junto al proyecto de trazado del cableado. En este caso, habría que conectar un cable desde el contador de la vivienda del interesado hasta su plaza de garaje con el objetivo de enlazar la instalación con sus gastos habituales de electricidad. La complejidad de la instalación dependerá de los requisitos de la edificación, si bien los bloques de nueva construcción y los que acometan rehabilitaciones deberán contar con una preinstalación habilitada para puntos de recarga individuales, según recoge la modificación del Código Técnico de la Edificación. Si el aparcamiento estuviera localizado en un edificio distinto, habría que instalar un nuevo punto de carga para conectarlo al contador comunitario y solicitar al distribuidor del cliente un punto de suministro con una factura independiente.

En cuanto al precio de la instalación, la cuantía del proceso conjunto dependerá de las necesidades de carga del vehículo, el modelo de punto de carga escogido que se ajuste mejor a las necesidades del coche, los metros de cable requeridos y la mano de obra del especialista. A ello habrá que sumar la factura de la luz, que dependerá de la potencia que se tenga contratada. Incluso podría ser necesario aumentarla para facilitar la carga del vehículo de forma más rápida. Y también del precio por kilowatio/hora. Todo ello son aspectos clave que repercutirán en la cifra final de la factura. Pero por la experiencia recogida entre quienes han realizado ya la acometida, el total de la instalación no suele bajar de los mil doscientos euros.