Coche eléctrico

Cómo instalar un punto de recarga de un vehículo eléctrico en casa

Las instalaciones serán más complicadas en el garaje de un edificio de vecinos que en una vivienda unifamiliar

Estación de carga para coches eléctricos
Estación de carga para coches eléctricosCristina BejaranoLa Razón

El aumento del parque de automóviles eléctricos está planteando problemas de recarga de baterías. La falta de infraestructura pública de puntos de enganche está obligando a los poseedores de este tipo de coches a tener su cargador propio. Pero para su instalación es necesario dar una serie de pasos técnicos que requerirán la asesoría de un técnico especializado.

Los poseedores de automóviles totalmente eléctricos deben tener previsto un punto de recarga rápida en la casa o en el lugar de trabajo. No serán necesarias grandes potencias de instalación, ya que en el lugar de residencia lo más económico será la utilización de las horas de electricidad valle, es decir, por la noche, cuando las tarifas son más baratas. Por ello, es aconsejable realizar la instalación de un sistema de recarga de coches en el hogar y evitar así la dependencia única de la infraestructura pública.

Vivienda unifamiliar

Lo primero que deberemos estudiar es la vinculación al circuito eléctrico del edificio. Todo dependerá de si el usuario reside en una vivienda unifamiliar o si dispone de una plaza de garaje en un piso comunitario. En la primera opción, basta con disponer de un enchufe convencional con toma schuko e instalar, de acuerdo con la normativa, un circuito desde el contador de la vivienda hasta el punto de recarga. Lo ideal es que este dispositivo disponga de protección eléctrica y garantice la intensidad deseada. Esta instalación, al resultar especializada, es mejor que la lleve a cabo un experto que asegure los sistemas y la conexión correctos del cargador al contador.

Otro apartado es el punto de recarga de pared. Por norma general, la conectividad al cargador incorporado por los fabricantes suele proporcionar una potencia menor que requiere muchas horas de carga, ya que no suele superar los 3,3 kw. Por ello, lo más apropiado es recurrir a la instalación de un punto de recarga de pared (wallbox), capacitado para suministrar la energía requerida con seguridad. El usuario podrá elegir entre varios modelos de potencia, atendiendo a las características de su vehículo y las particularidades de la carga necesaria. Cabe tener en cuenta que las potencias de recarga deberían aumentarse si, además, se pretende contar con otras funcionalidades como el control dinámico de potencia, entre otras opciones.

Garaje comunitario

Desde Agremia, la Asociación de Empresas del Sector de las Instalaciones y la Energía, antes de llevar a cabo ninguna acción, es importante conocer que la propia Ley de Propiedad Horizontal, LPH, regula la instalación de puntos de recarga para coches eléctricos; concretamente en su artículo 17.5 en el que dice lo siguiente:

“La instalación de un punto de recarga de vehículos eléctricos para uso privado en el aparcamiento del edificio, siempre que éste se ubique en una plaza individual de garaje, solo requerirá la comunicación previa a la comunidad. El coste de dicha instalación y el consumo de energía correspondiente serán asumidos íntegramente por el o los interesados directos en la misma”.

En este caso, no se necesitará por lo tanto el visto bueno del resto de vecinos, pero sí se necesitará la autorización correspondiente a la conexión de la derivación, ya que afectaría a un elemento común.

La notificación se debe hacer junto al proyecto de trazado del cableado. En este caso, habría que conectar un cable desde el contador de la vivienda del interesado hasta su plaza de garaje con el objetivo de enlazar la instalación con sus gastos habituales de electricidad. La complejidad de la instalación dependerá de los requisitos de la edificación, si bien los bloques de nueva construcción y los que acometan rehabilitaciones deberán contar con una preinstalación habilitada para puntos de recarga individuales, según recoge la modificación del Código Técnico de la Edificación. Si el aparcamiento estuviera localizado en un edificio distinto, habría que instalar un nuevo punto de carga para conectarlo al contador comunitario y solicitar al distribuidor del cliente un punto de suministro con una factura independiente.

Según la página web del Colegio de Administradores de Fincas de Asturias, la instalación de uno de estos puntos de recarga de vehículo eléctrico en un garaje comunitario tiene tres partes: la acometida o conexión a la red eléctrica, la canalización para el cableado y la base de recarga. Cada una de ella tiene unos límites y unas normas que ha de cumplir de cara a la comunidad de propietarios:

1º- Respecto a la base de recarga la ley es clara cuando establece que la base de recarga deberá ubicarse necesariamente en la plaza individual de garaje, es decir, dentro del espacio delimitado por líneas de tinta indeleble cuando se trata de una plaza abierta. Si se quiere realizar la instalación de la base de recarga fuera de dicho espacio, será preciso autorización de la comunidad, la cual precisa de doble mayoría.

2º- En cuanto a la acometida o conexión a la infraestructura eléctrica del edificio habrá que distinguir si se realiza al contador individual de la vivienda, caso en el que la Comunidad poco tendrá que decir, o se pretende realizar a la acometida comunitaria del garaje. En este último caso, como se indicó anteriormente se precisará autorización de la comunidad, como titular de la instalación eléctrica, la cual podrá podrá condicionar su autorización a la ejecución de obras adicionales para que otros propietarios puedan instalar futuros puntos de carga y, si lo considera conveniente, asumir el coste de estas obras adicionales.

3º- Finalmente, a las canalizaciones que discurren desde el contador a la base de carga le resultarían aplicables las siguientes reglas:

a) El tubo debe pasar por el punto menos perjudicial para los propietarios del garaje y, en cuanto fuere conciliable con esta regla, por donde sea menor la distancia (art. 565 CC). Por este motivo y además por seguridad de la nueva instalación lo conveniente es que el tubo discurra a la mayor altura posible o por el techo y de forma que no impida o dificulte la apertura de registros o dificulten el uso, mantenimiento y reparación de las instalaciones comunitarias existentes en el garaje. Una vez instalado un tubo, lo lógico es que los demás que se pueden instalar discurran junto a el existente de forma ordenada, lo que en el futuro permitiría su ocultación si así se decidiese.

b) Al atravesar paredes y forjados, habrá que evitar elementos estructurales. Fuera del garaje, en las zonas de escaleras, rellanos y similares, habrá que conducir el tubo por los falsos techos o empotrarlo para que no vaya visto, salvo que la instalación de iluminación se haya realizado en superficie en dichas zonas. Todo ello deberá dejarse debidamente rematado y pintado. Ello deriva de la obligación de hacer un uso adecuado de los elementos comunes y de evitar en todo momento que se causen daños o desperfectos (art. 9.1.a LPH).

c) La canalización deberá evitar atravesar el vuelo de las plazas de garaje de uso privativo, ya que, si bien la canalización no precisa de permiso de la comunidad para atravesar espacios comunes, si precisaría la de los propietarios de las plazas cuyo vuelo se vea afectado (arts. 7.1 y 9.1.a y b LPH). Lo que obliga a que discurre discurra por el techo de los pasillos de maniobra del garaje.

d) Cuando la conexión no sea individual por realizarse a la acometida del garaje o sea comunitaria, la instalación tendrá que cumplir la ITC-BT 52 que exige, cada vez que se realice la instalación de un punto de recarga en edificios existentes, dimensionar la canalización en sus tramos horizontales y verticales (entre plantas) para albergar la instalación de futuros puntos de recarga en la zona de influencia del punto a instalar, de forma que la sección de la canalización permita alimentar al menos el 15% de las plazas del aparcamiento, reduciendo la sección de la conducción a medida que se reduce el número de plazas posibles a alimentar. Así se evita la instalación posterior de otros sistemas de conducción con el mismo trazado.

e) Para ejecutar la obra de instalación deberá elegirse el tiempo y la forma convenientes a fin de ocasionar la menor incomodidad posible a los propietarios del garaje. A lo que también estará obligado si posteriormente necesita realizar obras para el uso y conservación de la instalación, sin que pueda alterarla ni hacerla más gravosa (art. 543 del Código Civil).

f) Tras su instalación, si las canalizaciones llegasen a ser incómodas a los propietarios del garaje o les privase de hacer en él obras, reparaciones o mejoras importantes, la comunidad de propietarios podría variar su trazado a su costa, siempre que ofrezca otro lugar o forma igualmente cómodos y de forma que no resulte perjuicio alguno al dueño de la instalación de recarga (art. 545 del Código Civil).

g) En las próximas inspecciones de baja tensión del garaje, el Organismo de Control Autorizados (OCA) va a exigir el boletín o certificado del punto de recarga. Es importe que una vez se realice la instalación se recabe dicho boletín y se archive con la documentación de la instación de baja tensión del garaje. Conviene tener el cuenta que junto al boletín el instalador tiene que entregar el  “anexo de usuario” al que alude el artículo 19 del Reglamento de Baja Tensión, al indicar que que como anexo al certificado de instalación que se entregue al titular de cualquier instalación eléctrica, la empresa instaladora deberá confeccionar unas instrucciones para el correcto uso y mantenimiento de la misma. Dichas instrucciones incluirán, en cualquier caso, como mínimo, un esquema unifilar de la instalación con las características técnicas fundamentales de los equipos y materiales eléctricos instalados, así como un croquis de su trazado”.

Precio

En cuanto al precio de la instalación, la cuantía del proceso conjunto dependerá de las necesidades de carga del vehículo, el modelo de punto de carga escogido que se ajuste mejor a las necesidades del coche, los metros de cable requeridos y la mano de obra del especialista. A ello habrá que sumar la factura de la luz, que dependerá de la potencia que se tenga contratada. Incluso podría ser necesario aumentarla para facilitar la carga del vehículo de forma más rápida. Y también del precio por kilowatio/hora. Todo ello son aspectos clave que repercutirán en la cifra final de la factura. Pero por la experiencia recogida entre quienes han realizado ya la acometida, el total de la instalación no suele bajar de los mil doscientos euros.