Mecánica

Revisa estos elementos si tu coche ha empezado a consumir más de lo que debería

Además de una técnica de conducción errónea, hay otras siete posibles causas para un aumento irregular del consumo

Una persona llena su depósito de gasolina
Una persona llena su depósito de gasolinaBiel AliñoAgencia EFE

Hay muchos motivos por los que un coche podría estar consumiendomás combustible de lo habitual o de lo necesario.En muchos casos tiene que ver con el estilo de conducción de quien está al volante, que no es tan eficiente como debería. Llevar el vehículo a revoluciones muy altas o muy bajas, usar demasiado el embrague, conducir más por ciudad que por carretera, etc. Todos estos comportamientos hacen que el rendimiento del vehículo sea mucho menor y que, por lo tanto, el consumo sea mucho mayor.

Leonor Watling en 'No me gusta conducir'.
Leonor Watling en 'No me gusta conducir'.TNT

Ahora bien, hay causas mecánicas por los que también podría dispararse el consumo de un vehículo. Y es algo a lo que debemos prestar atención, porque podrían estar avisándonos -además- de una avería mayor:

1. El tapón del depósito no sella bien

Aunque pueda parecer poco relevante, la verdad es que el tapón del depósito cumple una misión muy importante: impide que se escapen los vapores del combustible. Algo que ocurre -incluso- a temperatura ambiente. Por eso, si cada vez que tienes que pasar antes por la gasolinera... convendría que le echases un vistazo a este elemento. Podría estar roto y cambiarlo es muy barato.

2. Bomba de gasolina

La bomba es parte esencial del sistema de alimentación del vehículo. Al fin y al cabo, es el elemento que lo impulsa desde el depósito hasta el motor. Y si tiene un funcionamiento deficiente, la cantidad de combustible que prenderá será menor y el conductor tendrá que apretar el acelerador más de lo debido, (...) algo tremendamente ineficiente.

3. Filtros de combustible atascados

Como hemos dicho, la bomba es la encargada de llevar el combustible desde el depósito hasta el motor. Pues bien, para pasar de un sitio a otro, la gasolina o el diésel deben pasar primero por los filtros de combustible; que asegurarán que no entre suciedad al motor. Con el paso del tiempo, estos filtros acaban almacenando más y más porquería; provocando que el sistema de alimentación sea mucho menos eficiente y que el consumo sea mucho mayor.

Algunos fallos en el sistema de alimentación del vehículo pueden disminuir sustancialmente el rendimiento del motor y, por lo tanto, aumentar las necesidades de consumo | Fuente: Joaquin Corchero / Europa Press
Algunos fallos en el sistema de alimentación del vehículo pueden disminuir sustancialmente el rendimiento del motor y, por lo tanto, aumentar las necesidades de consumo | Fuente: Joaquin Corchero / Europa PressJoaquin CorcheroEuropa Press

4. Fallo en los inyectores

La función de estas piezas es proveer de combustible al motor en la proporción adecuada para que la mezcla con el aire sea lo más eficiente posible. Un problema en el inyector podría disminuir sustancialmente el rendimiento del vehículo y -por lo tanto- aumentar su consumo.

5. Bujías desgastadas

Las bujías generan la pequeña explosión que inicia la combustión del carburante y el movimiento del motor. Cuando las bujías no funcionan correctamente, será necesaria más gasolina para provocar la explosión.

6. Mucho tiempo sin cambiar el aceite

Con el tiempo, el aceite de motor pierde sus propiedades y su viscosidad. Y sin el aceite lubricando el contacto de las piezas del motor, la fricción y el esfuerzo que debe hacer el vehículo es mucho mayor. Lo que se traduce -a su vez- en un consumo de combustible superior.

Hombre comprobando la presión de los neumáticos
Hombre comprobando la presión de los neumáticosDreamstimeDreamstime

7. Baja presión de los neumáticos

La presión de los neumáticos es esencial tanto para la seguridad como para el rendimiento general del automóvil. Varía según el tipo de coche y según el fabricante. Para averiguarlo, puedes consultar el manual del vehículo o mirar en la puerta del conductor, en la guantera o en el depósito de combustible. Cuando conducimos con los neumáticos desgastados, no sólo se reduce sustancialmente la eficiencia de la conducción, sino que también hace que se degraden a mayor velocidad y provoca que podamos perder el control de el vehículo.