Las 24 Horas de Le Mans cumplen 100 años

Quien no haya ido nunca a las 24 Horas de Le Mans no sabe lo que se pierde. Es uno de los grandes eventos deportivos mundiales, como la Superbowl norteamericana, como las Olimpiadas, como la Copa del Mundo de Fútbol… ¡o mejor! capaz de eclipsar al mismísimo torneo Roland Garros, que se celebra el mismo fin de semana de junio. Este año –además- celebra su Centenario, porque su primera edición se celebró en el lejano 1923. Eso ha desatado el interés de aficionados de todo el mundo, que agotaron los cientos de miles de entradas en cuanto salieron a la venta.

La carrera de 24 Horas, puntuable para el Campeonato del Mundo de Resistencia, será la misma de siempre, pero estará rodeada de un ambiente muy especial. Y tampoco se espera que sea una prueba aburrida, porque esta vez confluyen nada menos que cinco marcas de primera fila para disputarse el triunfo final.

Es la primera vez en bastantes años con tanta diversidad de fabricantes de alto nivel y tal igualdad entre ellos. Eso lo ha propiciado el nuevo reglamento técnico para coches “Hypercar”, que son prototipos con altas prestaciones pero costes contenidos. Eso ha atraído a Le Mans a marcas como Ferrari, Porsche y Cadillac, para disputar la victoria a Peugeot y Toyota. La marca japonesa ha sido la dominadora de las cinco últimas ediciones, pero este año se encontrará con una oposición a su altura. Como la experiencia es un grado, ya ha ganado las carreras precedentes celebradas esta temporada (Sebring, Portimao y Spa-Francorchamps) porque sus rivales aún están poniendo sus coches a punto pero, en una carrera de 24 horas de duración, suele pasar de todo…

El organizador de la prueba, el Automobile Club de l’Ouest, está feliz por la respuesta a su nuevo reglamento: en la salida habrá nada menos que dieciséis Hypercar, alineados por Toyota, Ferrari, Peugeot, Porsche, Cadillac y –las menos conocidas- Vanwall y Glickenhaus. Estos no son todos iguales, sino que se subdividen en dos categorías: los Hypercar “puros” son aquellos fabricados íntegramente por una marca (chasis, motor y carrocería); pueden tener tracción total híbrida en el tren delantero y una potencia combinada que ronda los 700 CV. Los “LMDh” (Le Mans Daytona híbridos) –Porsche y Cadillac este año- cuentan con un chasis procedente de uno de los cuatro fabricantes homologados, sólo de propulsión trasera y de un sistema híbrido común (y de escasa fuerza) aplicado al eje trasero. La potencia total es la misma de los otros Hypercar, pero sólo tienen dos ruedas motrices, lo que supone un hándicap en aceleración, frenada y paso por curva.

La Federación Internacional del Automóvil (FIA) quiere que haya competitividad en pista sin que se disparen los costes, así que ha creado un sistema de equilibrio de prestaciones que intenta igualarlas artificialmente: el “Balance of Performance”. Cada coche tiene un peso, una potencia final y un consumo de energía por vuelta, que varía de carrera a carrera en función de los resultados. El BoP de esta temporada se fijó a comienzos de año para las cuatro primeras carreras (que incluye Le Mans) y está aún algo descompensado en favor de los Hypercars puros.

Toyota busca su sexta victoria en las 24 Horas, pero Ferrari y Peugeot se lo van a poner difícil. La marca italiana ha retornado oficialmente a la Resistencia tras 50 años de ausencia y su 499P además de bonito es muy rápido, aunque algo frágil de momento. La “Scuderia” será un duro rival de Toyota, sin duda alguna, ella sola ha atraído a miles de aficionados. En su formación de pilotos estará el español Miguel Molina.

Peugeot –ganadora en tres ocasiones- está sufriendo continuos problemas de fiabilidad y prestaciones esta temporada en su original 9X8 (carece de alerón trasero), que tiene potencial, pero debe confirmarlo con mejores resultados. A ver en este circuito que le conviene…

Así, aunque están ligeramente penalizados por el BoP, los nuevos “LMDh” de Porsche y Cadillac han estado regularmente en el podio de carreras anteriores gracias a su fiabilidad. Además, ambas marcas contarán con tres coches cada una, para tener más opciones al final.

Las 24 Horas de Le Mans son una lotería: lluvia, mucho tráfico, accidentes… y muchas, muchas horas de carrera al sprint. Al final, dictan su ley y gana el coche que menos retrasos sufre durante la prueba, no el que más corre.

Además hay otras categorías que corren mezcladas con los Hypercar. Los LMP2 también son prototipos, menos potentes y sofisticados, en manos de equipos privados. Su fiabilidad es ya legendaria y, prácticamente todos, emplean el mismo chasis (Oreca), el mismo motor (Gibson) y los mismos neumáticos (Goodyear), así que las carreras parecen una “copa de promoción” con una combatividad increíble. Tanto, que ha habido que penalizarlos en peso y potencia para que no pudiesen ganar a los Hypercar. LMP2 habrá nada menos que veinticuatro coches y, entre los mejores pilotos, se encuentra el español Albert Costa.

La tercera categoría es la de Gran Turismo –los LM-GTE- derivados de vehículos de producción como el 911 de Porsche o el 488 de Ferrari. Este año ya no se permiten equipos oficiales y son obligatorios pilotos amateur al volante. Aun así, Porsche, Ferrari, Corvette y Aston Martin apoyan a formaciones privadas para lograr la victoria.

En esta edición del Centenario se ha aceptado hasta un exótico coche de la NASCAR norteamericana: un Chevrolet ZL1 preparado especialmente para conmemorar las buenas relaciones entre el ACO y el campeonato norteamericano IMSA. En total habrá sesenta y dos coches en la salida, lo máximo que admite el famoso circuito de La Sarthe de 13 Km de longitud.

De cara al público habrá de nuevo una calificación para la parrilla de salida con formato “Superpole” y múltiples actividades y atracciones. Desde la clásica “verbena” a exposiciones (una única en el museo, con ochenta y seis coches destacados en la historia de Le Mans y veintiún ganadores originales), a conciertos de música, merchandising, restauración, miniaturas, objetos de colección… Todo un evento, tanto para el aficionado como para el que no lo es. Y, además, está la carrera: las 24 Horas de Le Mans; día y noche de velocidad y emoción, un espectáculo visual como pocos.