Prueba
Audi SQ8: toda la deportividad y potencia en una carrocería SUV
Su motor rinde más de 500 caballos y su chasis y sus suspensiones nos animan a buscar los límites de la conducción más divertida
Hay automóviles que se apartan de los conceptos tradicionales que los compradores tienen a la hora de valorarlos. Cuando se piensa en un SUV, se busca, sobre todo, amplitud interior y espacio y, a cambio de ello, se renuncia a otras aspiraciones. Pero no es el caso del SQ8. Cuando te montas en él, además de lo anterior, puedes disfrutar además de una conducción divertida, casi deportiva, unas prestaciones propias de un GT y del lujo de una berlina de alta representación.
Y ello es debido a que nos encontramos dentro de uno de esos automóviles que definen la personalidad de una marca. Audi, orientada claramente a la movilidad eléctrica, mantiene sin embargo joyas de combustión como esta. Que sorprenden con su sonido desde el momento de su puesta en marcha. Y es que, bajo su capó delantero, se esconde un poderoso V-8 biturbo TFSI de 4,0 litros que llega a los 507 caballos de potencia con 770 nm. de par. Y se complementa con una caja de cambios tiptronic de ocho velocidades, eficaz tanto en tráfico urbano tranquilo como cuando quieres exprimir toda su fuerza en una carretera de montaña para disfrutar de lo que es una conducción deportiva, a pesar de su volumen y su peso. Claro está que su sistema de tracción a las cuatro ruedas ayuda, y mucho.
Porque este SQ8 es capaz de desactivar cilindros cuando no necesitamos tanta fuerza, pero enseñarnos también todo su poder cuando apretamos a fondo el acelerador y ponemos a prueba su chasis en curvas. Entonces las cosas comienzan a pasar muy rápidamente, con una aceleración de cero a cien en solo 4,1 segundos y una velocidad máxima limitada a 250 por hora. Y con una estabilidad asombrosa para sus dimensiones gracias tanto a su chasis como a las suspensiones neumáticas y a un sistema de estabilización de balanceo con dos motores eléctricos alimentados por un supercondensador de 48V y un eje trasero direccional para mejorar su estabilidad y el giro en cualquier circunstancia. También contribuyen sus espectaculares llantas de 23 pulgadas que, en su interior, alojan dos grandes discos de frenos de acompañadas de un equipo de frenos 400 mm delante y 350 mm detrás, con vistosas pinzas de color rojo. Todo ayuda para que este S-Q8 pase de ser un SUV con toques de coupé con carácter familiar para el uso diario a un coche con comportamiento deportivo cuando aprietas el acelerador y el sonido del motor envuelve todo el habitáculo. La dirección es muy precisa y no se mueve en las curvas con una estabilidad impropia para una carrocería que mide cinco metros de largo por dos de ancho y 1,70 de alto. Además, su distancia entre ejes, que llega a los tres metros, proporciona un espacio interior enorme para los ocupantes de los asientos posteriores.
Desde el primer golpe de vista, el conjunto de carrocería transmite todo el poderío de su mecánica. Destaca su vista frontal con una gran parrilla que asemeja a un panel de abejas y que en los laterales se complementa con dos entradas de aire triangulares colocadas en posición vertical. Los estilizados faros se han contado en la parte más alta, en el borde del capó, así como los cuatro aros de identificación de la marca alemana. En la trasera, las luces forman parte importante del diseño, con una línea roja que une los faros. Todo el conjunto puede además adaptarse a los gustos de cada cliente a través del departamento Audi Exclusive, preparado para personalizar cada unidad al gusto del comprador. En el interior nos encontramos con un salpicadero donde tres pantallas de información nos completan todos los datos tanto del motor y sistemas de conducción como las conexiones para acceder a datos de todas las fuentes habituales. Entre ellas, tiene integrado el completo Apple Music con millones de canciones para oír en su equipo Bang Olufsen.
Evidentemente cuenta con todos los sistemas de ayudas a la conducción existentes y con un maletero de grandes dimensiones con capacidad de 605 litros, pero que pueden ampliarse hasta los 1.775 si abatimos los respaldos de los asientos traseros. El precio de salida de este Audi de primer nivel se sitúa en los ciento veinte mil euros.
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