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Polestar 3, lujo y espacio en un diseño de vanguardia

Sus dos motores eléctricos, que llegan a 517 caballos, le hacen comportarse como un deportivo a pesar de su peso y dimensiones

Polestar 3, lujo y espacio en un diseño de vanguardia
Polestar 3, lujo y espacio en un diseño de vanguardiaPolestar

Un nuevo modelo en la oferta de Polestar en España. La marca sueca, propiedad del grupo chino Geely, tiene ya tres en el catálogo y este, que lleva precisamente el número 3 en su denominación es, en nuestra opinión, el más completo. Un SUV de grandes dimensiones, equipado con dos motores eléctricos de alta potencia y con un comportamiento excelente en todo tipo de carreteras, incluso en zonas de montaña con curvas complicadas. Y todo complementado con una terminación excelente y tecnología de vanguardia. Su inconveniente es que no se trata de un automóvil asequible a todos los públicos.

Polestar 3
Polestar 3Polestar

Ya se sabe que los Polestar van dirigidos a la parte alta del mercado, la categoría «premium». Tras la salida de los llamados 2 y 4, y ahora el 3, la marca sueca prepara para un futuro próximo, aproximadamente en un año, dos nuevas realizaciones: el 5, que será una berlina de cuatro puertas y el 6, un coupé descapotable. En el caso del 3 que hoy probamos, las dos versiones disponibles tienen una factura de 92.900 y 99.500 euros. Pero a cambio podemos acceder a un automóvil verdaderamente exclusivo, con líneas elegantes y, a la vez, innovadoras y con la máxima tecnología en lo que se refiere a vehículos eléctricos. Para su construcción, el Polestar 3 toma la plataforma denominada «spa2», que es la misma que utiliza el futuro Volvo XC90.

Polestar 3
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Su estética destaca por un diseño a la vez minimalista y vanguardista en el que prima, sobre todo, la aerodinámica. Un trabajo desarrollado por el centro de I+D que la marca tiene en Gran Bretaña y en donde trabajan 680 técnicos. Su coeficiente aerodinámico es de 0,29 y a ello contribuyen en marcha sus dos alerones, delantero sobre el capó y el trasero, que actúan coordinadamente. Todo está supeditado a mejorar el paso del aire sin obstáculos, como los cristales enrasados así como las manetas de apertura de las puertas y el diseño de sus llantas de hasta 22 pulgadas. También contribuye a este fin la posibilidad de rebajar la altura de la carrocería, que puede elevarse cuando entramos en terrenos de fuera del asfalto. Gracias a todo ello, el Polestar 3 logra una autonomía de sus motores eléctricos de hasta 650 kilómetros. Y recupera del 10 al 80% de la energía de sus baterías en solo media hora de conexión a un punto de recarga potente.

Polestar 3
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El interior es elegante y sofisticado, presidido por una gran pantalla de 14,5 pulgadas situada en el centro del salpicadero y en posición vertical de muy sencillo manejo y que puede ser activada por la voz. Una de sus funciones será la de programarnos los viajes, indicándonos el consumo de las baterías y los lugares más adecuados para la recarga. Cuenta con cinco grandes y cómodas butacas, un gran techo de cristal practicable y un equipo de sonido de la marca Bowers&Wilkins con 25 altavoces, algunos en los reposacabezas de los asientos. El espacio interior es generoso, gracias a que dispone de una distancia entre ejes de 2,9 metros.

En la prueba de conducción que efectuamos nos sorprendió la manejabilidad de un vehículo que mide 4,90 metros de largo por 1,60 de alto y que pesa dos toneladas y media. Su comportamiento en carreteras de montaña es francamente bueno, con una estabilidad y unas reacciones nobles que están favorecidas por un reparto de pesos 50/50 y por la acción del diferencia trasero mecánico. Además, el conductor puede trabajar sobre tres niveles de ajustes de la suspensión con tarados diferentes. Sus dos motores, uno por eje que le proporcionan la tracción total, llegan a los 517 caballos de potencia con lo que consigue unas prestaciones sorprendentes para un coche de este peso y dimensiones. No solo por llegar a los doscientos por hora o pasar de cero a cien en 4,7 segundos sino, sobre todo, impresionan sus aceleraciones en marcha para adelantamientos o para llevarlo al límite con una conducción casi deportiva. Gracias a ello, este SUV, que puede parecer un coche de alta representación y amplitud interior, se convierte en un automóvil ágil y divertido de conducir.