Skoda Kodiaq RS: Las apariencias engañan

Si lo ves por la calle pensarás que es un típico SUV de siete plazas, el coche ideal para el padre de una familia numerosa que necesita mucho espacio para llevar a sus hijos y su correspondiente equipaje. La imagen es la de un coche funcional y pacífico, adaptado a las exigencias de quien busca un coche amplio para sus desplazamientos a diario o los viajes de fin de semana.

Una impresión que se corrobora al ver sus dimensiones, ya que mide 4,70 de largo y 1,88 de ancho. Sus 1,66 de alto está en la línea del resto de los coches de este tipo. Un peso de casi mil novecientos kilos y un maletero de 530 litros son también habituales para estas dimensiones. Claro que la capacidad de carga puede incrementarse cuando vamos abatiendo asientos según la necesidad de transporte de enseres que precisemos. Y además, lleva un motor diésel. Lo dicho: un coche para un honrado padre de familia.

Pero, de repente, surgen algunos detalles que no cuadran con esta definición. Resulta que lleva unas llantas de 20 pulgadas con neumáticos de perfil 40, muy bajos. ¿Y qué hacen unos asientos deportivos, casi tipo baquet, que recogen perfectamente el cuerpo en las curvas, tapizados en piel negra con pespuntes en rojo y entradas superiores como para instalar arneses de cuatro puntos? Algo no cuadra.

Si nos fijamos más, vemos unas pequeñas siglas RS en la parrilla del radiador delantero. Ahí está la clave. Skoda, con una amplia experiencia de victorias en el mundo de los rallyes, ha querido vitaminar a su Kodiaq de tracción a las cuatro ruedas introduciendo una mecánica muy deportiva ya que su motor diésel de dos litros va alimentado por dos turbocompresores, con lo cual la potencia se dispara hasta los 240 caballos. Y para completar el conjunto, incorpora el magnífico cambio automático DSG de 7 velocidades que puede ser manejado manualmente para apurar los cambios de marcha hasta las cinco mil vueltas.

Deportivo

El resultado de todo esto es un Skoda para todo uso. Por 44.200 euros, que es su precio de venta, tenemos un vehículo con dos personalidades. El primero, es un coche muy capaz en su interior, con una terminación de muy alto nivel que proporciona toda la comodidad de una gran berlina y que, en el modo de conducción «off-road» puede adentrarse por caminos fuera del asfalto, aunque con precaución por las medidas de sus neumáticos, antes señaladas, que no admiten excesivas irregularidades del terreno. Pero cuando nos decidimos a exprimir el acelerador y la caja de cambios nos encontramos con un deportivo de buenas prestaciones, con velocidad punta por encima de los doscientos por hora y que tiene acreditados buenos tiempos en el mítico circuito de Nurburgring, que fue su banco de pruebas. Eso sí, hay que tener siempre en cuenta que nos encontramos ante un conjunto que se acerca a las dos toneladas así que, cuando pongamos el modo de conducción en posición «Sport» no podremos olvidarnos de que se producirán en las curvas las normales inercias de un coche con estas dimensiones y pesos, y que, naturalmente, los frenos estarán a la altura, pero no eternamente. En caso de una utilización excesiva es normal que surja fatiga y se alargen las frenadas. En resumen, una buena elección para quienes quieren tenerlo casi todo.