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100% confirmado: «El Chicle» raptó a Diana

Los agentes están convencidos de su implicación en la desaparición de la joven y se afanan en hallar rastros de ADN en la casa o el coche del sospechoso. Su mujer dice ahora que no estaba con él la noche del secuestro

Agentes de la UCO, de la Guardia Civil, en el cuartel de Padrón, trasladan detenida a la mujer de «El Chicle»
Agentes de la UCO, de la Guardia Civil, en el cuartel de Padrón, trasladan detenida a la mujer de «El Chicle»larazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@69f48aa5

Los agentes están convencidos de su implicación en la desaparición de la joven y se afanan en hallar rastros de ADN en la casa o el coche del sospechoso. Su mujer dice ahora que no estaba con él la noche del secuestro.

La Guardia Civil esta convencida, al «cien por cien», con las evidencias que ya tiene, de que el individuo apodado «El Chicle», cuyo nombre responde a las iniciales J. E. A. G., está implicado en la desaparición de Diana Quer, ocurrida hace casi 500 días, según han informado a LA RAZÓN fuentes de la investigación. Sobre el paradero de la joven, y de su cuerpo, si estuviera muerta, no se facilitan de momento ningún detalle.

Sin embargo, la compañera de este individuo, que ayer prestó una larga declaración ante los agentes de la Benemérita, no está, en principio, relacionada con los citados hechos, según las mismas fuentes. Ello se deriva, según algunos medios, de que ha cambiado su declaración inicial prestada hace varios meses y ahora ya no asegura que la noche de la desaparición de Diana «El Chicle» estaba con ella. A partir de ahí, lo que haya podido contar este individuo sobre la citada noche no tiene ninguna apoyatura.

También se guarda mutismo sobre los hechos que se le van a imputar a «El Chicle» cuando sea presentado el lunes ante el juez de Rivera. Aún restan bastantes horas para completar la investigación y por practicar pruebas, como la del ADN, que pueden resultar fundamentales para completar las pesquisas.

Ha sido por lo tanto, a falta de conocer si «El Chicle» ha confesado o no ante la Guardia Civil, la labor investigadora del equipo conjunto UCO-Policía Judicial de La Coruña el que ha logrado reunir, en miles de horas de trabajo, las evidencias que, una vez cometido un error por este individuo, han pesado como una losa sobre él.

Que los investigadores lograran situar su automóvil, que es tanto como decir a su persona como su teléfono, sobre el Viaducto de la Ría de Arousa en el momento en que el móvil de Diana Quer fue lanzado al mar, donde tiempo después fue encontrado por un mariscador, ha resultado vital para el buen fin de las pesquisas.

La identificación del Alfa Romeo, sólo con el haz de luz de los faros delanteros y los pilotos traseros, mediante un complicado sistema del que no conviene dar más detalles, ha supuesto el trabajo de decenas de agentes durante cientos de horas. La coincidencia era importante, pero lo que ocurrió el pasado día 26, cuando se quiso llevar a una chica en un maletero, completó el puzzle y todas las evidencias confluyeron en su persona.

Con todo, desde ayer por la tarde, los investigadores del equipo conjunto UCO-Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de La Coruña trabajan para lograr el hallazgo de algún rastro de ADN de Diana Quer (que tienen gracias a sus padres y su hermana) en los coches, domicilio (registrado por la Benemérita) y otros lugares que utilizaban «El Chicle», según han informado a LA RAZÓN las mencionadas fuentes. En el caso de que el individuo fuera el que hizo desaparecer a la joven madrileña, lo que la Guardia Civil considera probado al cien por cien, el hallazgo de ADN de Diana en esos lugares sería una prueba más y echaría por tierra todas las artimañas montadas para que la Benemérita no les imputara, lo que al final no ha logrado

La discreción, exigida por el juez y por los propios mandos de la Guardia Civil, demostraba, en opinión de las fuentes consultadas, que nos hallábamos en una fase crucial de la investigación, en la que cada paso que se diera debía ser medido y acertado. Una vez acreditado para la Guardia Civil la participación de «El Chicle», tuvo que deshacerse del cuerpo en algún momento.

Aquí se abren varias hipótesis: desde el enterramiento, en su domicilio o terrenos circundantes, a su lanzamiento al mar con unos contrapesos que hicieran imposible que saliera a flote. No hay que olvidar que no es desconocedor de la mar de la zona y que ha sido sancionado por mariscar sin autorización. A este respecto, se da como seguro que la Guardia Civil está investigando las barcas que haya podido utilizar en los últimos tiempos, si son de su propiedad o de personas que se las hubieran podido prestar. Son otros lugares en los que se podría buscar ADN de Diana.

Cabe también la posibilidad, dada la escasa profundidad de las aguas en algunas de esas zonas, que lo hubiera escondido en alguna cueva cuasi inaccesible. La investigación está abierta.

El hallazgo del cadáver, si es que la joven está muerta, es fundamental para cerrar el caso y que no se quede abierto sine die, como ha ocurrido en otros sucesos, en los que, para colmo, los delincuentes se inventan una historia cada varios meses.

Hasta ahora, tras al intento de llevarse a una joven en el maletero de su coche, las pruebas que había contra «El Chicle», salvo las que obtuvo la UCO en los últimos meses y de las que informó LA RAZÓN ayer (presencia de su automóvil en el lugar y a la misma hora en que se lanzó el teléfono de Diana al mar) no tenían el suficiente fundamento como para detenerle. Si estuvo en las fiestas de A Pobra de Caramiñal lo podía justificar, ya que su familia tenía un puesto de comida y, además, eran fiestas; las conexiones de su teléfono hasta Outeiro, donde vive, en el mismo trayecto que las que marcaba el de Diana, justificables; que su coche fuera visto en la carretera, lo mismo.

El criminal, si efectivamente estamos ante el autor de la desaparición de Diana, siempre comete un fallo y eso ocurrió el pasado 26 de diciembre, cuando una joven denunció que un hombre, que por sus características era «el Chicle», le había intentado robar el móvil mientras la amenazaba con un cuchillo.

Uno de los asuntos que se podrían aclarar es el de los siete intentos de desbloqueo del teléfono de Diana antes de ser arrojado a la ría. Este detalle hace pensar que el autor de la desaparición quería desvincular el teléfono de la zona en la que fue encontrado por un mariscador, bajo el Viaducto de la Ría de Arousa, lo que señalaría a «El Chicle» como posible implicado.