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0-1. Griezmann, defensa y tres puntos

Un gol del francés en el primer minuto dio la victoria al Atlético en La Rosaleda. El Málaga fue incapaz de hacer daño. Los rojiblancos no ceden en su persecución al Barça

El delantero francés del Atlético de Madrid Antoine Griezmann, celebra su gol contral el Málaga CF
El delantero francés del Atlético de Madrid Antoine Griezmann, celebra su gol contral el Málaga CFlarazon

Un gol del francés en el primer minuto dio la victoria al Atlético en La Rosaleda. El Málaga fue incapaz de hacer daño. Los rojiblancos no ceden en su persecución al Barça.

La primera parte y el partido se definieron a los cuarenta segundos, el tiempo que necesitó el Atlético para marcar un gol y dejar casi hundido al Málaga. Saúl disparó desde fuera del área, el balón golpeó en un defensa y salió rebotado hacia Griezmann, que con una sutil vaselina batió a Roberto. Sin llegar al minuto de juego el conjunto colchonero ya había colocado un rejón de muerte en el corazón del Málaga. Los cuarenta y cuatro minutos restantes apenas tuvieron historia porque el Atlético no quiso hacer sangre y dio un pasito hacia atrás cobijándose en su hermético sistema defensivo y buscando, cuando tenía la posesión, jugar a base de triangulaciones para romper el entramado defensivo local y buscar un segundo gol que certificara su triunfo.

Enfrente, un Málaga timorato, destrozado, al que apenas le duró la ilusión. A pesar del cambio de entrenador y de los múltiples fichajes en enero este equipo no tiene nivel para competir en LaLiga. Los datos son demoledores. En dieciséis encuentros ha sido incapaz de marcar un gol –lleva seis consecutivos sin hacerlo en La Rosaleda– no tiene creación y en ataque es una ruina. Tiene pocas ocasiones, y las falla. Así es imposible. Estaba claro allá por octubre que la planificación había sido un desastre y el paso de las jornadas está confirmando las impresiones iniciales. El propietario lleva ausente de Málaga desde julio, sólo se dedica a jugar en Twitter y parece «pasar» del club, que mientras tanto se desangra y viaja a la deriva camino del descenso.

Con estos mimbres, el Atlético jugó casi a su antojo. Viendo el desarrollo del choque sólo una imprecisión defensiva, un fallo, podía dar al traste con su victoria. Echarse atrás cuando no debes suele traer estas consecuencias. Pero el Málaga no tiene gol. La ocasión más clara la erró Ideye, cuando su remate de cabeza se marchó rozando el postre de Oblak. Simeone, mientras, se desgañitaba pidiendo a sus hombres más ritmo, aunque su equipo nunca lo pasó mal.

El paso por los vestuarios sentó bien al conjunto de Jose González, que salió dispuesto a dejarse la vida. Lo intentó por arriba y por abajo, pero siempre se encontraba una pared al borde del área, con Giménez y Lucas como jabatos despejando balones aéreos. Y si en alguna ocasión había un cambio de guión allí estaba Oblak para echar el candado. El meta esloveno realizó una de las escasas paradas de la tarde a disparo de falta de Rosales, despejando a córner un balón que se colaba por la escuadra. Fue de lo poco interesante y resaltable del Málaga.

No obstante, el Atlético dejó mucho que desear en la segunda mitad. En ataque estuvo desaparecido, sin abastecer de balones a un Diego Costa amargado y que fue sustituido. Griezmann, fue le mejor de su equipo, pero jugando por todo el campo y echando más de una mano en defensa. El centro del campo funcionó, con Koke mejorado, pero con Vitolo muy poco participativo y nada acertado. También fue reemplazado en la segunda mitad. Sin embargo la defensa es una roca y ayer se vio las caras con un ataque de plastilina al que pudo superar sin agobios.

El partido concluyó con un grave choque entre Lacen y Torres, que golpearon sus cabezas en un salto, y con el malaguista –que debutaba– camino del hospital con un collarín en el cuello, pero consciente después del impacto. Fácil victoria del Atlético, sin jugar bien, frente un rival que camina hacia el descenso.