Pin parental
«El pin parental puede generar desigualdades entre los alumnos»
ENTREVISTA Miquel Castillo - Profesor de la UOC / Doctorado en Pedagogía
El debate sobre la ideoneidad de aplicar o no el «pin parental» o autorización para charlas extracurriculares se ha convertido en todo un recurso social, político, mediático y personal. Preguntamos a Miquel Castillo, profesor de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) y Doctorado en Pedagogía. Asegura que ni los padres ni la escuela “tiene la autoridad educativa total” sobre los hijos, sino que contribuyen cada uno en su formación.
–¿Es necesario el pin parental?
–A mi juicio, no es necesario si partimos de una perspectiva de educación abierta, plural y global. Es difícil que los padres puedan condicionar todas las intervenciones educativas de sus hijos, y por ello ese es un elemento clave para entender que el pin parental no tiene sentido. Vivimos en una sociedad democrática que garantiza los derechos y la igualdad de género. La educación es clave para formar a ciudadanos y ciudadanas iguales, con conciencia crítica y capacidad de generar una postura personal propia.
–¿Cómo influye en la labor docente?
–No se puede hablar de un profesorado homogéneo. Por ello, cuando unos padres aceptan el sistema educativo para sus hijos, ponen en ellos su voto de confianza. Conozco escuelas católicas que no están a favor del pin parental. Cada centro educativo debe obrar con transparencia para que los padres puedan conocer o aceptar las condiciones en las que se matricula a los hijos.
–¿En qué medida puede afectar a los estudiantes?
–Apelo a dos marcos legales: la Constitución y la Ley educativa actual, la LOMCE. Si queremos educar a ciudadanos críticos, que sepan discernir, analizar, y salvaguardar la armonía social, la convivencia y ser capaces de buscar soluciones consensuadas, la formación educativa tiene que ser integral. Esto, además de luchar contra la desigualdad de género, afecta a los estudiantes, porque el pin parental resta formación, información, conciencia crítica y capacidad de generar una postura personal propia. Cuantos más elementos se tengan para valorar una determinada situación, mejor.
–¿Conoce que se haya implantado en otro sistema educativo?
–No conozco ningún caso. De hecho, el sistema alemán castiga a los padres que se opongan a que sus hijos reciban educación sexual. Ni los padres ni la escuela tienen la autoridad educativa total, sino que ambos ambientes generan influencia, aportan riqueza, pero hay otros factores implicados. Lo que hay que hacer es apelar a la conciencia crítica, a que hablemos de valores, y cuanta más riqueza y aceptación de la diversidad, más se evitará que en el futuro haya actitudes de distancia, prejuicios o rechazos.
–¿El pin parental puede generar desigualdades entre los estudiantes?
–Sin duda. Si a un alumno, desde el seno familiar, no se le permite participar en sesiones, se le genera una desigualdad o distancia respecto a la mayoría del grupo, lo que hará que en un futuro participe y dé su opinión condicionado por su familia, como podríamos hacerlos todos. Sería absurdo decir que no puede ir a estas charlas porque se va a contaminar.
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