Agricultura
Los cítricos de Argentina, en el punto de mira de los agricultores murcianos
Asaja Murcia reclama a la Unión Europea que intensifique los controles en los puertos para evitar la entrada de plagas
Fue todo un golpe a la agricultura española. «La Unión Europea abrirá sus importaciones para los cítricos argentinos a partir del 1 de mayo». Así se dio a conocer el pasado martes a través de la Cancillería Argentina la reactivación de la exportación de este producto a Europa, suspendidas desde el 14 de agosto del pasado año tras el «inusual» número de detecciones de la plaga de «Phyllosticta citricarpa», más conocida como «mancha negra». «Vamos a exigir que se intensifiquen los controles a Sanidad Vegetal y a las autoridades portuarias para que se detecten este tipo de plagas, que resultan muy peligrosas para nuestras producciones».
Así de contundente lo expresó a LA RAZÓN Juan de Dios Hernández, miembro de la Junta Directiva de la Asociación Agrícola Asaja-Murcia. «No hemos acogido la noticia con agrado», reconoce.
De hecho, insiste en que de ahora en adelante se mirarán «con lupa» la mayor parte de las importaciones que se hagan de los cítricos procedentes de Argentina, «porque plagas como la mancha negra u otras que nos están entrando en nuestro territorio y en nuestras plantaciones son muy dañinas, y muchas de ellas no tienen remedio», asegura.
Hernández, además, recuerda que los productos procedentes de Argentina, aunque puedan ser de calidad, por la geografía que tienen y el clima, «son propensos a tener otras plagas que en nuestros territorios no tenemos, o que si las hemos tenido, las hemos podido erradicar», por lo que insiste en la importancia de prestar atención a todos los productos que lleguen de terceros países.
Y es que la Región de Murcia ya ha tenido malas experiencias. Es el caso de la plaga de la mancha negra procedente de exportaciones de países como Sudáfrica, o con las alertas sanitarias constantes procedentes de Turquía. «Los productos de ultramar son muy peligrosos para nuestros intereses, y por eso hay que ejercer toda la presión que esté en nuestras manos para que no se produzcan episodios perjudiciales».
Juan de Dios, además, apela a la responsabilidad de las autoridades sanitarias vegetales tanto españolas como europeas, ya que de estas acciones «depende el pan de muchas familias, de miles de agricultores que necesitamos un año para una cosecha. Por eso, no podemos consentir ver nuestros ingresos y rentas mermadas. Lo mínimo que debemos hacer es velar para tener unos precios justos y unos productos competitivos».
A su juicio, se trata de proteger al primer eslabón de la cadena, que es el agricultor.
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