Investigación
Identifican un marcador en células ‘asesinas’ humanas que explica por qué hay pacientes más vulnerables a la covid
El IMIB abre el camino al empleo de un detector precoz de casos potencialmente graves y al desarrollo de fármacos
Investigadores del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB) han localizado un marcador genético en las denominadas células ‘asesinas naturales’ (natural killer, NK) del cuerpo humano que podría explicar por qué hay pacientes más vulnerables al Covid-19, informaron fuentes de la institución científica en un comunicado.
Los resultados del estudio, liderado por Enrique Bernal, infectólogo y coordinador del Grupo COVID-19 del Hospital Universitario Reina Sofía de Murcia, y Alfredo Minguela, jefe de sección de Inmunología del Hospital Clínico Universitario Virgen de la Arrixaca (HCUVA), ha sido publicados en la revista ‘The Journal of Infectous Diseases’ y abren el camino al empleo de un detector precoz de casos potencialmente graves y al desarrollo de fármacos que bloqueen dicho marcador genético y eviten que el paciente empeore.
Los doctores Bernal y Minguela, investigadores principales del grupo de Inmunología e Inmunotolerancia del IMIB, obtuvieron financiación del Instituto de Salud Carlos III para poner en marcha este estudio multicéntrico con el fin de localizar posibles marcadores genéticos a través de las células NK del organismo humano y, de este modo, poder identificar a las personas más vulnerables al virus para anticiparse a las complicaciones de la Covid-19.
“Las células ‘asesinas’ NK forman parte de la inmunidad innata del ser humano. Tienen un papel muy importante en reconocer y destruir aquellas células que están infectadas por virus, pero también son fundamentales en el control de las células tumorales participando activamente en su eliminación. Para reconocer a las células malignas las NK utilizan una serie de receptores que están en su superficie (receptores KIR)”, explica el doctor Enrique Bernal, también profesor de la Universidad de Murcia (UMU).
Según este investigador, “existen numerosos de receptores KIR que, junto con la interacción con sus ligandos (moléculas capaces de interaccionar con un receptor de membrana), los hacen de lo más variados de la naturaleza y así cada persona pueda tener su propia huella dactilar de receptores KIR”.
Tras analizar 200 muestras de pacientes (100 leves y 100 graves) atendidos por coronavirus en diversos hospitales de Murcia, Almería y Albacete, el estudio concluye que “la expresión de determinados receptores KIR, como el KIR2DS4, se presentaba con mayor frecuencia en pacientes que desarrollaban una enfermedad grave; en concreto, en aquellos que ingresaban en la UCI y necesitaban ventilación mecánica invasiva”, ha detallado Bernal.
Con estos resultados, el equipo multidisciplinar coordinado por Bernal y Minguela ha demostrado que las células NK tienen un papel decisivo en el control de la infección por SARS-CoV-2 y en la evolución de estos pacientes, por lo que son claves en la patogenia de la enfermedad.
Resultados en menos de 30 minutos
Gracias al descubrimiento de este marcador, los investigadores del IMIB aseguran que “nos ayudará a adoptar medidas para proteger a las personas de riesgo adecuando su puesto de trabajo, usando medidas preventivas o priorizarlos en las campañas de vacunación. Asimismo, si un paciente se infecta, podemos optimizar el tratamiento: por ejemplo, administrando tratamiento de forma más precoz y evitando el ingreso hospitalario. Y también se podrán desarrollar moléculas o medicamentos que bloqueen la expresión de este marcador y así evitar el fatal desenlace”.
Los investigadores han hecho hincapié en que “el coste de este método de detección es asequible y en menos de 30 minutos los especialistas dispondrían de los resultados para saber si un paciente se enfrenta a un mayor riesgo de desarrollar enfermedad severa por presentar dicho marcador”.
En este proyecto, coordinado por los doctores Minguela y Bernal, también han participado los investigadores Lourdes Gimeno (Servicio de Inmunología de HCUVAIMIB); María J. Alcaraz (Infecciosas HGURS-IMIB); Ahmed A. Quadeer (Departamento de Ingeniería Electrónica-Universidad de Hong Kong); Marta Moreno (Servicio de Medicina Interna Hospital Morales Meseguer de Murcia); María V. Martínez Sánchez (Servicio de Inmunología HCUVA-IMIB); José A. Campillo (Servicio de Inmunología HCUVA-IMIB); José M. Gómez (Servicio Medicina Interna Hospital Morales Meseguer); Ana Peláez (Servicio Medicina Interna Hospital Rafael Méndez de Lorca); Elisa García (Unidad Infecciosas HCUVA-IMIB); Maite Herránz (Servicio Medicina Interna Hospital Morales Meseguer); Marta Hernández-Olivo (Servicio de Neumología Hospital Santa Lucía de Cartagena); Elisa Martínez-Alfaro (Servicio de Medicina Interna Hospital Albacete); Antonia Alcaraz (Infecciosas HGURS-IMIB); Ángeles Muñoz (Infecciosas HGURS-IMIB); Alfredo Cano (Infecciosas HGURSIMIB); Matthew R McKay (Departamento de Ingeniería Electrónica-Universidad de Hong Kong) y Manuel Muro (Servicio de Inmunología HCUVA-IMIB).
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