El sector agrario, al límite, paralizará el centro de Murcia con 500 tractores

Nadie puede olvidar la tractorada histórica que paralizó las calles de Murcia hace ahora dos años, el 21 de febrero de 2020, poco antes de que la pandemia del coronavirus arrasara con todo y diera la vuelta a la rutina de cientos de miles de personas. Una protesta protagonizada por el sector agrario de la Región de Murcia que no podía aguantar más con la desigualdad y el castigo estructural que padecen miles de profesionales y que quedó aparcada durante unos meses, pero que continuó latiendo mientras garantizaban el abastecimiento de productos sanos, seguros y de calidad a la población, entonces confinada. «Nadie quedó desabastecido», recuerdan.

Ahora, dos años después, los profesionales del sector tomarán de nuevo las calles del centro de Murcia para «reclamar justicia». Hoy miércoles desde las 11:00 horas, una manifestación paralizará por completo el tráfico de la ciudad con más de 500 tractores y un centenar de cabezas de camiones, desde la Plaza de la Fuensanta hasta la Delegación del Gobierno.

Las principales organizaciones agrarias de la Región de Murcia (Coag, UPA, Asaja) junto con el apoyo de las organizaciones de productores y exportadores (Fecoam, Fecamur, Proexport y Apoexpa) y el Sindicato Central de Regantes (SCRATS) y la Junta Central de Regantes del Segura (JUCERS) han promovido y secundado una movilización que recorrerá las principales calles de la ciudad de Murcia bajo el lema «futuro y respeto para el campo murciano».

«La actividad agroalimentaria en su conjunto genera el 20 por ciento de nuestro Producto Interior Bruto de la Región de Murcia, a través de 4.300 empresas agroalimentarias. Las labores en el campo aportan, directamente, el 12 por ciento del empleo de la Región. Nuestra particular balanza comercial se mantiene en equilibrio gracias a la enorme aportación del sector agrario y de la industria agroalimentaria, que aportan el 50 por ciento de total de nuestras ventas en el exterior, principalmente frutas, hortalizas y cítricos», recuerdan desde Asaja Murcia.

El presidente de la asociación agrícola, Alfonso Gálvez, denunció que la situación es «insostenible» y criticó la actitud «poco colaboradora del Gobierno de España» ya que, en su opinión, «está influenciado por políticas que quieren denostar al sector».

¿Qué reclama el sector?

Desde las organizaciones agrarias reclaman un Plan de choque contra el aumento de los costes de producción, unos caudales ecológicos «que no supongan la reducción innecesaria» del trasvase Tajo-Segura, un precio asumible para el agua desalada, el cumplimiento de la Ley de mejora de la cadena alimentaria, unos precios justos para los productores, un Plan de cuenca que satisfaga las demandas del regadío, una mejora en el sistema de seguros agrarios, un control de los acuerdos comerciales con terceros países, la modificación del Plan estratégico de la PAC, así como apoyo para la sostenibilidad ambiental y el bienestar animal.

«Los productores han llegado a una situación limite, y si no se ponen medidas de inmediato, los profesionales continuarán arruinándose poco a poco», señalan fuentes de Asaja. Por ello, inciden en que el objetivo es que sea un día de «parón» total del sector, eso sí, desde la «sensatez» y el «respeto», para evitar cualquier tipo de incidentes, y más teniendo en cuenta los pasados hechos ocurridos en el Ayuntamiento de Lorca, cuando decenas de ganaderos asaltaron por la fuerza la institución.

En la pasada protesta de 2020, unas 10.000 personas tomaron las calles de Murcia en una manifestación que superó cualquier expectativa de los organizadores, que clamó contra la «asfixia» que padecía uno de los sectores más maltratados por los costes de producción.

Además, la imagen de los profesionales agrícolas lanzando toneladas de brócoli al suelo también quedó en la retina de los murcianos. ««Se preguntarán por qué tiramos por el suelo este cargamento: porque los precios también están por el suelo», clamó el presidente de COAG Murcia, Miguel Padilla, durante la lectura del manifiesto final. Dos años después, las condiciones son las mismas y, según lamentan, los lemas de las pancartas también.