Naturaleza

El Cejo de los enamorados, la leyenda que sigue viva en Lorca

Al pie de la colina, bajo los muros del Castillo, nace el relato que marca el camino a una ruta senderista en plena naturaleza

El Cejo de los enamorados, un enclave único en Lorca para el senderismo natural
El Cejo de los enamorados, un enclave único en Lorca para el senderismo naturalLorca turismoLa Razón

La ciudad del Sol, Lorca, se ha convertido en todo un enclave único que hace las delicias del turismo de la Región de Murcia. Tanto su Castillo, como sus fiestas y su tradición la elevan como una ciudad llena de misterio, de personalidad y, sobre todo, de historia. No por nada se trata del segundo municipio más grande de España con 1.675 kilómetros cuadrados, por detrás de Cáceres, y la tercera ciudad más importante de la Comunidad, con 97.000 habitantes.

Un territorio que se erige rodeado por la Sierra de Almenara, y que la eleva como cuna de las tres culturas -judíos, cristianos y musulmanes-, lo que hace que cuente también con una infinidad de historias y leyendas que dotan de aún más valor a esta tierra única en España.

Sin duda, una de las más especiales es la que hace referencia al Cejo de los Enamorados, una historia romántica a la par que trágica que marca todo un recorrido senderista por las colinas de la ciudad en un entorno natural único.

Halewa y Meruan

No hay más que desplazarse a la parte más baja del Castillo, bajo los muros en la zona este de la fortaleza, para hallar una balsa cuadrada. Cuenta la leyenda que se encuentra encantada por una bella princesa mora. Dicen, que al nacer la madrugada de San Juan, la joven aparece sentada al borde de la balsa y narra su historia al mortal que se aproxima.

Esta joven princesa no es otra que Halewa, «que muestra la hermosura de las hadas», la misma que cautivó con sus ojos negros al noble caballero Meruan. Así lo recoge el relato del libro «Escritos y estudios de un cronista de Lorca», del presbítero José María Campoy García, quien además asegura que fue la propia princesa quien, en una noche de San Juan, le relató la «triste historia».

Ella, hija del rey Abu Muhamad. Él, protagonista de numerosas hazañas contra las tropas del Rey Alfonso y del Cid, pero quiso el destino que un día se separaran, por las batallas que entonces se libraban.

Según el relato, Meruan consiguió ganar todas batallas que disputaba. Tal fueron sus hazañas, que el rey le nombró capitán de caballería, pero otro hombre se disputaba el amor de la bella princesa, Abu Hassam ben Elisa, que poseía el afecto y la confianza del padre.

La muerte del rey lorquino no tardó en llegar en una batalla en Almería, y fue cuando Hassam vio más cerca que nunca su oportunidad de casarse con la princesa. Su único obstáculo era Meruan al que una noche citó haciéndose pasar por la enamorada y, en mitad del camino, a la altura del Cejo de los Enamorados, le prepararon una emboscada. La lucha fue encarnizada y Meruan, estando a punto de morir, decidió arrojarse por el precipicio. A lo lejos llegaba la joven, que oyó su último grito. Allí, sólo quedaba Hassam que le pidió amor, pero la princesa se negó, lo que provocó la ira de Hassam y la amenazó con convertirla en esclava. Justo en ese instante, Halewa vio al borde del precipicio un objeto de su amado cubierto de sangre y se arrojó junto a él.

Un mago que acompañaba a Hassam, queriendo adular a su amo, evocó con un conjuro a las furias infernales y pidió que la joven vagara errante por el Castillo, permaneciendo encantado hasta la muerte del último de los descendientes de Hassam.

La ruta

Este famoso acantilado de la ciudad del Sol se tata de una pared vertical de arenisca erosionada en cuya falda hay una fuente canalizada que procede de un acuífero subterráneo, y que aflora a la superficie de forma natural. De hecho, esta vía forma parte del Sendero Ecoturístico de mayor longitud de la Vía Augusta por lo que el firme está acondicionado y la ruta señalizada en todo momento.

Para recorrerlo existen algunas rutas como la propia Vía Augusta, que representa una de las vías de comunicación más importantes de la época romana en el Mediterráneo, con cerca de 1.500 kilómetros de longitud.

Esta ruta comienza en el caso antiguo de la ciudad de Lorca, y parte en dirección al Castillo y a la Mezquita del Centeno. Sigue por este sendero y llega hasta las Casas del Rubio, que es el límite de Lorca con Almería.

Por su parte, existe la otra ruta a través de la Rambla del Cambrón, que parte desde Los Pilones, e inicia un camino que pasará por Las Salicas, el Mirador del Cejo, luego por la pared del Cejo de los Enamorados, por la Casa del Cambrón y finalmente acaba en el río Guadalentín.