Tradición

La pastelería tradicional de la Región de Murcia mantiene su espacio, “los clientes piden huesos de santo y mazapán”

El precio del azúcar, que se ha triplicado, ejemplifica el aumento de los costes en este sector

Los pasteleros artesanales afrontan Todos los Santos con la ilusión de recuperar prácticamente la normalidad en ventas
Los pasteleros artesanales afrontan Todos los Santos con la ilusión de recuperar prácticamente la normalidad en ventasEUROPA PRESSEUROPA PRESS

Las pastelerías han de adaptarse a las modas. Lo hacen con rapidez para no perder clientela, aunque este año han comprobado con satisfacción que los productos tradicionales siguen teniendo mucha demanda. Las tartas o piruletas de Halloween representan aproximadamente la mitad de las ventas de las pastelerías artesanas de la Región de Murcia, la otra mitad son el mazapán, los huesos de santo y los buñuelos.

El portavoz de la Asociación Regional de Empresarios de Pastelería (AREPA), Juan Carlos Hernández, ha señalado que el sector está “contento” en cuanto a la evolución de las ventas. Los consumidores más mayores, con edades a partir de los 40 y 50 años, suelen ser “muy respetuosos con la tradición y afines a la fiesta de Todos los Santos”, con la adquisición sobre todo de mazapán, huesos de santo, buñuelos (de crema, chocolate, vainilla o nata).

Admite además que a este cliente tradicional no le gusta ver los establecimientos decorados con calaveras o calabazas.

Por el contrario, el perfil del consumidor de productos relacionados con Halloween es más joven y de fuera de España. Compran “calabazas, tartas con motivos de Halloween, piruletas de chocolate con esos motivos o encargos especiales para esa fiesta que se celebra de noche y muchos productos para niños”. Siguen siendo productos “muy artesanales” que se elaboran por encargo.

Además, remarca que la gente rechaza las grasas saturadas e hidrogenadas que lleva toda la pastelería industrial. Los clientes están volviendo desde las grandes superficies a las pastelerías de calidad. “Esa es la parte positiva y estamos muy contentos por ello”.

La escalada de precios

Por otro lado, Hernández ha señalado que la profunda preocupación existente por el precio de las materias primas como el huevo o la mantequilla, cuyo precio se ha duplicado, mientras que en el caso del azúcar “se ha casi triplicado”. También ha subido el valor del chocolate o la harina.

“En mi vida he conocido una cosa parecida”, según Hernández, quien ha reconocido que hay algunos productos como el aceite de girasol viene de Ucrania y su subida puede tener justificación, pero ha señalado que ha aumentado el precio de “todo”.

A este respecto, ha recordado que el sector de la pastelería artesana trabaja con material “de alta calidad y precio caro”. El material “está escaseando y el precio está por las nubes”, lamenta Hernández, quien subraya que, de media, todos los productos han subido un 50 por ciento.

En este sentido, Hernández ha reconocido que el sector va a perder dinero a algunos productos o no va a ganar “prácticamente nada” porque sus profesionales son “incapaces” de repercutir todos los costes a los clientes” y están haciendo un ejercicio de “moderación muy importante”.

“Una tienda que consumía 800 euros de luz, ahora está pagando 2.100 o 2.300 euros por ejemplo”, según Hernández, quien ha admitido que hay algunos costes que se pueden repercutir y otros no con el fin de “intentar mantener al cliente de toda la vida” porque las pastelerías artesanas “viven de la tradición y del consumidor de toda la vida, al que conocemos de una forma muy cercana”.

En este sentido, ha afirmado que el sector aspira este año a “no perder” dinero. Así, ha reconocido que las ventas “están yendo bien” pero “no se le gana dinero al producto porque los costes se han disparado”. De hecho, el sector ha detectado que el cliente “está volviendo al producto de alta calidad, que está ganando enteros” tras la pandemia.