
II Premios LA RAZÓN Región de Murcia
Extracción del pecio Mazarrón II: Un viaje al Mediterráneo de los fenicios
El proyecto recibe el Premio Arte y Patrimonio en los II Premios LA RAZÓN Región de Murcia

Un lugar, la Playa de la Isla de Mazarrón (Murcia) y un barco de época fenicia, de principios del siglo VI antes de Cristo para ser exactos, hundido en esas aguas, a apenas 50 metros de la orilla. Su nombre es Mazarrón II, y, tras un riguroso y largo proceso para extraerlo, que concluyó en noviembre de 2024, ya está en tierra para su restauración y montaje. El barco es un libro abierto sobre el comercio en el mar Mediterráneo en la época fenicia y se decidió extraerlo del mar, pieza a pieza, por el riesgo que corría bajo el agua. Una empresa de tal calibre y relevancia para el patrimonio cultural subacuático de la Región de Murcia, en particular, y de todo el arco Mediterráneo, en general, tiene un equipo humano detrás de doce personas. Está liderado por el arqueólogo Carlos de Juan Fuertes (Valencia, 1974), experto en arqueología subacuática de la Universidad de Valencia (UV) y director científico del proyecto de extracción del pecio, junto a Agustín Diez Castillo (Santander, 1961).
Descubierto en 1995
De Juan explicó al diario LA RAZÓN que «el barco se extrajo del fondo del mar tras valorar la problemática de su conservación in situ». La nave se descubrió en 1995, durante la excavación del pecio Mazarrón I, y entonces ya se hicieron algunas intervenciones; en concreto, en el año 2000. Las obras del puerto de Mazarrón datan de los años 70 del siglo pasado, y como consecuencia de los trabajos, según De Juan, se cambió la corriente marina y salió a la luz el barco.
Una nave que en el siglo VI antes de Cristo se dedicaba al transporte de escoria, un residuo procedente de fundir metales; los fenicios lo usaban para extraer la plata del plomo. Eran tiempos en que no existía la moneda como se conoce y usa hoy día y, por tanto, la plata, metal precioso, se usaba como moneda de cambio. Así, gracias al Mazarrón II se puede viajar a través del tiempo. «En la arqueología subacuática, lo interesante es la historia que nos pueda contar el pecio Mazarrón II; lo interesante, de hecho, es su interpretación, las líneas de historia que, sin este descubrimiento, no conoceríamos», explicó De Juan.
«No es un gran barco, pero aporta información sobre el comercio de un bien que aparentemente tiene poco interés como es la escoria de plomo, pero que nos habla de minerales como la plata que eran muy preciados», añadió. El Mazarrón II transportaba tres toneladas de escoria de plomo cuando se hundió, muy cerca de tierra; eran tiempos en que no existían los puertos como los conocemos hoy día y una playa, como la de la Isla de Mazarrón, era un lugar perfecto para atracar un barco.
Equipo de 12 personas
Un total de 12 personas participaron en el proyecto para extraer el pecio Mazarrón II que tiene 8 metros de eslora, 2,25 metros de anchura o manga y 70 centímetros de puntal. En total, se invirtió tres meses en sacarlo del agua en fracciones.
«Es un barco pequeño y para el público en general resulta más fácil valorarlo bajo el mar que en tierra, sin duda; de hecho, inicialmente se conservó en el lugar en que se halló pero, dado que su estado corría peligro se extrajo del fondo del mar. Ahora está Arquatec, el laboratorio del Museo Nacional de Arqueología Subacuática (ARQVA) de Cartagena para sus tratamientos de conservación y estudio antes de su montaje.
En Arquatec, que está considerado uno de los laboratorios más avanzados de arqueología subacuática de Europa, se realizan exactamente las labores de consolidación de los restos del barco.
Un proceso que comenzó con la desalación progresiva con agua dulce de más de veintidós porciones. Posteriormente, reemplazarán el agua con un material sintético -polietilenglicol- que aportará a las piezas la resistencia perdida, sin modificar su textura y su color. El paso final será la liofilización, la desecación de piezas previamente congeladas.
Para De Juan y su equipo de la Universidad de Valencia «es un orgullo» recibir un premio por el trabajo de extracción del pecio Mazarrón II. «Es el primero que nos dan y estamos muy contentos y agradecidos» confesó De Juan al diario LA RAZÓN. Recalcó que España es pionera en la conservación del patrimonio cultural subacuático. De hecho, hay otros pecios de gran valor como el Bou Ferrer, que está en La Vila Joiosa (Alicante); el Formigues II, en Palamós (Cataluña); El Sec, que está en Mallorca, y Ses Fontanelles, también en Mallorca.
✕
Accede a tu cuenta para comentar


