
Mar Menor
La nacra vuelve a repoblar las aguas del Mar Menor
Los expertos contabilizan 63 nuevos ejemplares juveniles de esta especie de bivalvo, que está en peligro crítico de extinción desde 2019

Es una fantástica noticia. Primero, porque supone "rescatar" una especie que estaba prácticamente desparecida en toda España y, segundo, porque es un síntoma inequívoco de que el Mar Menor se está recuperando poco a poco, después de los episodios de anoxia y de ‘sopa verde’ que sufrió la laguna salada hace algunos años y que dieron la vuelta al mundo como casos de contaminación, que pusieron en jaque este ecosistema natural único en Europa.
La nacra, cuyo nombre científico es "Pinna Nobilis", es una especie de molusco bivalvo típico del Mediterráneo que el pasado año 2019 fue declarado en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Sin embargo, los últimos hallazgos registrados los pasados meses de febrero y de marzo confirman la existencia de 63 nuevos ejemplares juveniles de este molusco, no solo en zonas someras del Mar Menor, sino también en las profundidades. Estas nuevas piezas se suman a las 23 localizadas el año pasado en zonas superficiales de la laguna salada. No se descarta que aparezcan nuevos ejemplares, especialmente en la cubeta norte del Mar Menor, donde han sido señalizados los últimos. Este hito se ha producido, gracias al encomiable trabajo que están llevando a cabo los técnicos de la dirección general de Medio Natural, en colaboración con los investigadores de la Universidad de Murcia y de la Universidad de Alicante, en el marco de un programa de conservación y vigilancia de las poblaciones de nacras, que activó la Comunidad Autónoma en la laguna salada el pasado año 2017.
Este equipo de profesionales "peina" las aguas del Mar Menor para identificar y localizar más ejemplares, que son posteriormente geoposicionados para poder llevar a cabo un seguimiento más exhaustivo y ver su estado y su evolución, tal y como apuntan fuentes de la consejería de Medio Ambiente.
Esa es, digamos, la parte de trabajo que se hace sobre el terreno -in situ-, pero también hay otra que implica el laboratorio. Por eso, 6 de estas nacras juveniles han sido trasladadas al Banco de Especies de la UMU, donde se trabaja en la reproducción "ex situ" de estos bivalvos. Según los científicos, estos ejemplares se han adaptado adecuadamente y están presentando una tasa de reproducción superior a la observada en el medio natural.
¿Por qué la nacra está en peligro de extinción? Aquí tiene que ver mucho la mano del hombre: la contaminación, la destrucción de su hábitat -las praderas de Posidonia- y la pesca de arrastre y de fondeo han contribuido a la práctica eliminación de esta especie en mares de toda España. Pero, sin duda, la proliferación de un parásito llamado "Haplosporidium Pinnae" ha sido una de las causas determinantes de la elevada mortandad de los individuos, ya que destruye su aparato digestivo e influye en estos animales de una forma letal.
En cualquier caso, estos nuevos descubrimientos son muy esperanzadores para la recuperación de la fauna autóctona -como el caballito de mar-, que han sido santo y seña del Mar Menor durante décadas.
La laguna salada mejora
Los últimos indicadores que reflejan el estado del Mar Menor apuntan a una leve mejoría de sus aguas, a pesar de que las últimas mediciones indicaban un deterioro y lo situaban en un estado de "fragilidad extrema", según los expertos. La temperatura se ha estabilizado en los 29 grados en estos primeros días de agosto, mientras que parámetros como la clorofila (responsable del color verde de sus aguas) también han mejorado ligeramente (1,5 mg/m³ el pasado 28 de julio, a 1,0 mg/m³ el pasado 3 de agosto). Otro de los puntos que también experimenta un progreso es el oxígeno (que se sitúa por encima de 5 mg/l, un valor superior a las anteriores mediciones), mientras que el nivel de transparencia y de turbidez también mejoran.
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