No es el 155 lo que hace falta

Si eres catalán y hablas castellano no tienes derecho a estudiar en tu lengua. El nacionalismo ha decretado que Cataluña es una nación y el catalán, la lengua nacional. La pregunta es por qué tienen los nacionalistas que imponer su monopolio mental sobre los demás. Te dicen que convertir el castellano en lengua vehicular «dividiría» Cataluña. Ojalá. Porque, por ahora, hay una homogeneidad obligatoria.

Te añaden que el catalán ha de ser apoyado, porque es una lengua con menos hablantes, pero si hay una decisión lingüística íntima, una opción personalísima, es la del uso del idioma. Yo no tengo por qué verme obligado a estudiar catalán si no quiero, puesto que conozco otra de las lenguas del Estado. La lengua se ha convertido además en un dique frente al resto de los españoles. Si te ofrecen un trabajo allí, has de someter a tus hijos a un cambio escolar complejo. Si eres abogado, o cirujano o profesor, se te exige catalán. Dicen que Carles Puigdemont ha tirado la toalla y aceptará esta semana un cargo honorífico. Que por fin habrá un presidente «normal». Es dramático saber que «normal» significa «capaz de seguir incumpliendo la LOMCE y las sentencias». En Cataluña no se necesita el 155, lo que urge es la ley.