Opinión

Acongojante, Mariano

Lo acongojante no es que el PSOE esté contra el plan de introducir el castellano como lengua vehicular en el próximo curso escolar en Cataluña y opte –como hizo con TV3– por mantener en manos nacionalistas el instrumento clave del adoctrinamiento antiespañol en la sociedad catalana. Ni siquiera que los nacionalistas pongan el grito en el cielo y salga en su defensa el coro de periodistas mamelucos.

Lo que aflige es escuchar que el Gobierno defenderá el español, pero aún no sabe cómo hacerlo. Después se pregunta el PP por qué se le fugan votos hacia Ciudadanos.

La LOMCE estableció, hace más de una década, que debía usarse el castellano en las escuelas catalanas en una «proporción razonable» y el TSJC concretó un mínimo: 25%. Pues en toda la comunidad autónoma, sólo hay un colegio público que imparta esa cifra de forma generalizada en todas las edades.

El resto se pasa la norma y las sentencias por el arco de triunfo. No conozco un solo país donde se arrincone impunemente el idioma oficial o se castigue a la gente por usarlo para ponerle nombre a su tienda.

La ocasión la pintan calva y la estulticia de los independentistas sumada a su inmensa soberbia, no dejó otra a Rajoy que aplicar el 155. Transcurridos tres meses, con el prófugo Puigdemont dedicado al mejillón en Bruselas y su compinche Junqueras condenado al rancho carcelario, ya tenemos claro que el Estado es poderoso, la Justicia temible y que basta actuar con determinación.

Dicen los cenizos que, dado que el sindicato mayoritario de profesores es independentista y anuncia muy chulo que desobedecerá la orden de escolarizar también en castellano, será imposible hacerlo. Se equivocan, como lo hicieron con el 155: basta dejar patente que el docente que se empecine en delinquir se irá al paro y que al colegio de marras lo crujirán a multazos, para que los alborotadores entren suavemente en vereda.

El nacionalismo catalán continuará siendo un drama y acongojándonos, mientras en esa región de España no se erradique el virus separatista del sistema educativo, se quite a los xenófobos el control de los medios públicos de comunicación y se aplique la Ley con dos pelotas; como en todos lados.