Opinión

De Terra Alta a Terra Lliure

La obra «Terra Baixa» es un drama literario escrito en prosa por Àngel Guimerà, siendo la más representada y traducida de las letras catalanas. Curiosamente fue estrenada en castellano y en Madrid, por la compañía de la actriz María Guerrero en noviembre de 1896 y su representación en catalán no tuvo lugar hasta el 8 de febrero de 1897, en Tortosa, por Teodor Bonaplata. En «Terra Baixa», Manelic es un personaje simple y puro, un pastor que vive en las montañas de la «Terra Alta», con la única compañía de su rebaño. Manelic simboliza el mundo utópico, caracterizado por la pureza y la bondad, sin contaminación y sin violencia que al llegar al mundo urbano descubre la maldad y la mezquindad, y en la obra se contrapone el conflicto entre estos dos mundos. Desplazado a las tierras bajas, vive un conflicto amoroso con el rico propietario de la zona por la posesión de Marta y se rebela contra su poder, asesinando a su rival, Sebastián, el terrateniente déspota, regresando a su montaña, donde el engaño y la traición no son posibles. La confrontación de la bondad con el mundo real, el desconocimiento de la realidad con una concepción ideal de la vida y de la patria y la ignorancia de las miserias de la tierra baja.

Ha sido la obra cumbre de Guimerà, el símbolo literario más explotado en la Catalunya post-franquista y convertida en el reflejo de una Catalunya idealizada, en la comparativa bondad-maldad como binomio recurrente en el mundo de las artes, que el nacionalismo ha trasladado a un nuevo eje en el señalamiento de la maldad, en el que los malos siempre son los españoles, los que parecen españoles e incluso los catalanes que se atreven a sentirse españoles.

Terra Lliure fue una organización terrorista separatista fundada en 1978, que cometió más de 200 atentados, cuyo bagaje asciende a 5 víctimas mortales, de las cuales 4 eran terroristas, y decenas de heridos. Terra Lliure se auto disolvió en 1991 y la mayoría de sus miembros ingresaron en Esquerra Republicana de Catalunya.

Jordi Sánchez es el ungido por el separatismo para liderar la Catalunya levantisca, una vez el prófugo ha decidido dar un paso atrás. En su juventud lideró la organización «Crida a la Solidaritat», asociación hermanada con «Herri Batasuna», que, tras la masacre de ETA en Hipercor, emitió un comunicado señalando al «estado español» único culpable del crimen. Carles Puigdemont fue un destacado líder de movimientos que pedían la libertad de los presos de «Terra Lliure».

«Terra lliure» nació para expulsar de Catalunya a los españoles usurpadores del ideal nostálgico de «Terra Alta» que poblaban la «Terra Baixa». El drama sigue, y será muy largo, tedioso y peligroso.