Hegel y Google

¿Dónde ha ido a parar la idea de cultura total que se tenía en la época de Hegel? ¿Qué ha sido de la transmisión de conocimientos para mejorar nuestro juicio crítico? No digo yo que tengamos que volver a la época de Goethe, pero deberíamos plantearnos si a nuestros estudios superiores no les han salido una serie de excrecencias de marketing que favorecen el enchufismo, la propaganda y la venta de humo. Las universidades, que fueron unas instituciones nacidas hace siglos para transmitir el saber universal, parece que han confundido la sociedad con el mercado laboral y vagan erráticas sin saber muy bien cuál es su fin real. El bien de la sociedad y el del mercado laboral no son siempre necesariamente el mismo. Por supuesto, los mecanismos que movían la Historia en la época de Hegel distan mucho de los que determinan nuestros actuales modos de vida. Pero si la eficacia de una institución puede calibrarse por quienes acceden a su dirección, tendríamos que empezar a plantearnos para qué sirven exactamente nuestras universidades. Y es que resulta muy difícil entender que a alguien con mando en plaza se le haya ocurrido que la mejor manera de resolver un asunto de probable favoritismo académico sea nada menos que incurriendo en un delito de falsedad documental.

Falsificar firmas, como en las notas del cole. ¿Pero en qué estaban pensando? Es el peor plan de acción que he presenciado desde que a Puigdemont se le ocurrió decir aquello de: «Vayamos por Alemania ¿qué puede salir mal?».

Entiendo que algunos rechacen que por un episodio como este tengamos que poner bajo sospecha a todo el sistema universitario. Pero en nuestro país la acreditación ha ido sustituyendo a la oposición como mecanismo de acceso y eso no es una buena noticia. Ya hace tiempo que se murmura sobre la práctica habitual de regalar másters a gente de peso para prestigiar el propio título. Por supuesto, a causa de una manzana podrida no podemos pensar que lo estén todas las del cesto. Pero valdría la pena usar la metáfora al revés y preguntarnos si lo que estará pasando no será que hemos puesto el cesto en un lugar inadecuado (oscuro y poco aireado) y eso provoca que las manzanas se pudran con más facilidad.