Opinión

Máquinas envejecidas

Ahora que los humanos duramos tanto, que nos cambian las piezas y nos arreglan con bastante esmero, las máquinas están programadas para fenecer jóvenes. Me quedan seis meses de cuota para terminar de pagar mi móvil y ya me están ofreciendo el modelo nuevo en todas partes. Me temo, me ha pasado otras veces, que en breve el mío empezará a fallar o a lentificarse hasta la agonía. Pues verán, según nos cuentan los expertos de la OCU, no es solo que los fabricantes realicen adrede aparatos poco duraderos, es que los tienen programados para que empiecen a fallar en el momento en que tienen listo su último modelo.

Esto en mi tierra se ha llamado siempre estafa, y las estafas deberían estar penadas por la ley. Cuando el sistema no era tan salvajemente mercantilista, a la lavadora eterna, o cualquier otro artilugio, le podías cambiar una pieza si el pobre la pifiaba. Ahora, los técnicos te recomiendan enseguida la compra de uno nuevo, ya que te saldrá más barato que el arreglo. Y el problema no es solo el robo premeditado, es también el atentado que esto supone para el medio ambiente.

Piezas y más piezas de materiales contaminantes convertidos en basura tóxica. Un delito más a gran escala. Los expertos de la OCU lo explican con claridad: hay que exigir una legislación que ampare al consumidor de estos atracos a mano armada. Hay que exigir que las máquinas, al igual que ciertos productos, lleven una etiqueta en la que conste cómo está fabricada y el tiempo de duración aproximada de la misma, con el consiguiente compromiso de cumplimiento. Los grandes mercaderes nos engañan por todos lados, la verdad. Y que poca cárcel sufren.