Opinión

Alas de oro

La Asociación de Aves Migratorias de España ha concedido su primer galardón «Alas de Oro» a la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena. Y lo ha hecho por unanimidad, dato que cabe destacar por cuanto el jurado del premio lo componen aves y pájaros de muy diferente sensibilidad. El presidente es un abejaruco, el vicepresidente primero un vencejo, la secretaría del jurado es competencia de una oropéndola, y el resto de los vocales convocados son, por este orden, una golondrina, una codorniz, un ánsar, y una grulla común que haya culminado con éxito tres migraciones de ida y vuelta desde cualquiera de los países nórdicos hasta Extremadura con etapas de descanso en Öland, Rügen, el lago de Chantecocq,y la Laguna de Gallocanta para alcanzar finalmente las dehesas y zonas húmedas de Extremadura, Castilla y Andalucía. La presidenta de Honor de la Asociación es una avutarda macho, que concede empaque y seriedad al grupo, con sus característicos bigotes. Gente que lleva siglos y siglos demostrando que sabe volar divinamente. Gente preparada y profesional. Un magnífico jurado.

Los candidatos al Primer Premio «Alas de Oro» que se concede al politico español que más dinero público invierte en viajar, eran Manuela Carmena y Raúl Romeva. Pero el Reglamento Interno de la Asociación de Aves Migratorias establece en su Artículo 6, tercer párrafo, Que «si alguno de los candidatos a recibir el Premio no pudiera asistir a la Gala de entrega por hallarse, con condena firme o medidas cautelares preventivas en prisión, será inmediatamente descartado». Tuvo lugar una desagradable discusión entre la golondrina, partidaria de considerar a Romeva «preso político», y la grulla común, que se adhirió incondicionalmente a las decisiones de los jueces españoles. Finalmente, la golondrina, después de una larga e intensa conversación con el presidente abejaruco, dio su ala a torcer y aceptó deportivamente la decisión de la mayoría. Rechazar la candidatura de Romeva y designar vencedora del Premio «Alas de Oro» a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, por ser la política española que ha pasado más horas en el aire durante el año 2017 a costa de los contribuyentes sin que se aprecien los beneficios de sus constantes vuelos. Se trata de un premio con un alto contenido reivindicativo-social.

Como madrileño, nacido en Madrid, crecido en Madrid y con domicilio en Madrid, celebro sin límites la sabia decisión del jurado de Aves Migratorias. El acto de entrega del Premio de marras tendrá lugar en el Club Siglo XXI después del coloquio previo a la cena en la que ornitólogos expertos intervendrán acerca de un asunto de gran interés para los madrileños. «¿Son las cotorras verdes aves migratorias o aves introducidas?». Al término de la cena, la Avutarda, como presidenta de Honor, hará entrega a la alcaldesa de Madrid del galardón, consistente en 300 euros y el apasionante libro «Ventajas y Desventajas de ser un Pato Mandarín» de Frank Gamush, Lionel Stratenberg y Vanessa Pradal, conservadores jefes del Aviario de Amsterdam.

Carmena, representando a todos los madrileños y con el dinero de los ídem, gastó en viajes 116.492 euros, según nos informa nuestro «Submarino» de LA RAZÓN. Y en 2017 casi 30.000 euros más, con traslados de ida y vuelta –lástima la segunda–, a Montreal, Nueva York, y México Distrito Federal, sin contar sus visitas a Argentina, que cada vez que desaparece de Madrid hay que buscarla en Buenos Aires, ciudad que le encantaba en tiempos de los Kirchner.

La Alcaldesa ha anunciado que cederá los 300 euros del premio a una ONG de demostrada utilidad para los madrileños. Hora es de repicar campanas y entonar canciones al unísono en honor de nuestra querida Alcaldesa, que ha prometido viajar más el año próximo en beneficio de Madrid, los madrileños, y los refugiados.

Y enhorabuena a las aves y pájaros migratorios por su justa decisión.