Opinión
Teachers leave them kids alone
El supremacismo catalán ha construido una serie de ficciones a través del control y el adoctrinamiento por la vía de la lengua, la educación y los medios de comunicación, siendo la columna vertebral de su proyecto, todo ello mediante la «escola catalana», un invento político de adoctrinamiento y sometimiento del control mental de la ciudadanía catalana, cuyo eje ha sido repetir insaciablemente la idea de Cataluña como un ente diferenciado de España, la marginación de la lengua común castellana y la imposición del catalán como única vía de comunicación. El separatismo pujolista es el mejor ejemplo de ingeniería social, aprovechando la ausencia de un estado cobarde y disponiendo de todos los resortes de poder que ha ejercido impúdicamente durante 40 años, implantando una ideología supremacista en la sociedad catalana, con el único fin de conseguir en pocas generaciones la independencia de Catalunya.
Un resumen de las acciones de este supremacismo es el de «Impulsar el sentimiento nacional catalán de los profesores, padres y estudiantes. Garantizar el perfecto conocimiento de la geografía, historia y otros hechos socioculturales de Cataluña, además de potenciar el uso de la lengua catalana por parte de profesores, maestros y alumnos. Educar a los niños y jóvenes de acuerdo con criterios de generosidad, esfuerzo, disciplina, creatividad, civismo, solidaridad (teniendo entonces presente los valores propios de nuestro pueblo y los valores universales de la humanidad). Todo ello con una defensa ideológica y practica del modelo escolar mixto».
El proyecto supremacista en la escuela catalana empieza a zozobrar. El caso de Sant Andreu es el primer reflejo de la quiebra de su modelo adoctrinador. Hace unos meses, tras el 1-O, profesores del instituto Palau, animaron a los alumnos a salir al patio en protesta por la «violencia policial» y hasta nueve de estos profesores señalaron a los hijos de los agentes de la Benemérita como culpables de la violencia, que según el relato separatista, causó centenares de heridos. Cientos de niños salieron a denunciar a sus profesores por señalar a sus compañeros. El separatismo en masa ha salido a defender a los profesores supremacistas, negando que los niños dijesen la verdad. Estos grupos de profesores cuentan con un portavoz, Josep Lluís del Alcázar, miembro de la CUP, candidato de Batasuna y dirigente de los CDR. Un adoctrinador supremacista de la peor especie.
La educación en Catalunya está en manos de grupos sectarios que responden a dictados políticos. Sant Andreu es el primer lugar donde se ha roto la «omertà» pujolista.
Hey! Teachers! Leave them kids alone!
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