Opinión

Poco queda que decir

Poco queda que decir esta semana. La fantástica transmigración de Agatha Ruiz de la Prada sigue en pleno apogeo multicolor. Y nos preparamos con entusiasmo para nuestros próximos desfiles, inminentes y expectantes. Sus procesos creativos pueden llegar a equipararse al gran proceso cósmico en general, místicos y llenos de ocurrencias. Meras palabras resultan insuficientes para explicaros a lo que me refiero exactamente. Tendréis que esperar hasta el próximo domingo –8 de Julio– para poder ver como resolvemos nuestros enigmas multicolores mientras estos bailan sobre el escenario, vestidos que cobran vida, desmoronando todos los arquetipos. La intención era crear una colección divertida y diferente, que se vendiese como churros; el resultado ha acabado siendo algo verdaderamente inesperado, algo fantástico y fantasioso.

Perdidos entre la felicidad de nuestras imaginaciones respectivas, hemos hecho maravillas en el estudio Agatha Ruiz de la Prada. Últimamente no hay quien nos pare, enloquecidos por nuestras campañas fashionísticas, impulsados por sueños de glorias en otras puntas del universo. Todo sigue su camino, mientras el letargo veraniego se acerca, con particular violencia en las ciudades, hacemos lo posible para terminar nuestro proyecto de fin de curso. Sabemos que el agathismo está a punto de empezar una de sus etapas más fascinantes, pero eso no quita los esfuerzos necesarios para llevar tal certidumbre a cabo. Pronto nos haremos con el planeta tierra entero, y erradicaremos el negro y el aburrimiento. De ahí, a otras constelaciones y galaxias. Todo es cuestión de creérselo, y de invocar los colores adecuados.

Seguimos con todo tipo de proyectos simultáneos, ya que esto de conquistar imaginaciones no es labor pequeña. Requiere actividad constante. Como por ejemplo, nuestra triunfal entrada en escena en Moda Cálida 2018 en Gran Canaria, donde presentamos nuestra nueva súper colección de baño. Aquí también celebramos el retorno fashionístico del hombre en bañador al retoño agathista. El indiscutible triunfo del asunto se ve reflejado en nuestra foto de esta semana. Nos comimos la pasarela. Próximamente estarán a la venta las camisas (que en la foto han desaparecido) y los bañadores de hombre que hemos diseñado con Naive (una marca de calcetines y bañadores española, de la que nos hemos hecho muy amigos).

Aprovechamos la explosiva oportunidad de Moda Cálida para presentaros también nuestras nuevas neo-alpargatas inteligentes. Una colaboración entre Slowwalk y Agatha Ruiz de la Prada dispuesta a cambiar el destino de todos. Las zapatillas son híper sostenibles, hechas con materiales reciclados e incluso veganas –el lienzo perfecto para nuestras fantasías agathísticas. Slowwalk también es una pequeña y puntera empresa española con la que nos hace mucha ilusión colaborar, y más aún haciéndolo con tanta sensatez. Estas zapatillas ecológicas y veganas del futuro, cubiertas de corazones y estampados agathistas ya pueden ser vuestras. De hecho, os recomiendo que os compréis una buena baraja de pares para alegraros el verano y para regalárselas a todos vuestros amigos posibles.

Agatha Ruiz de la Prada (persona) está igual de eufórica que Agatha Ruiz de la Prada (entidad) con el progreso de las cosas. Se avecina el arcoíris sin limites. Queda poco para poder construir el estado de felicidad que tanto anhelamos. Todo empieza con las mentes del futuro y sus nuevas generaciones. Así lo pudimos comprobar, una vez más, con nuestras pasarelas de moda infantil. Esta semana estuvimos en el Pitti Bimbo de Florencia y en el FIMI de Madrid, ambas prestigiosas ferias de ropa para niños. Nos dimos cuenta que el espíritu agathista era prodigiosamente recibido por la imaginación infantil, que suele ser la más pura; y que de esta demográfica transgresora deberíamos esperar las mayores contribuciones. Esto no nos sorprendió ni molestó en lo más mínimo, pronto nos imaginamos legiones de agathitas propagándose por el mundo.

Gracias a la alquimia de corazones que practicamos en el estudio Agatha Ruiz de la Prada somos capaces de acercarnos a aquel mundo mejor de nuestras fantasías, los agathistas y embrujados que nos encontramos en el camino resultaran indispensables. Aún así, nada de esto sería posible sin el equipazo mágico y magnético con el que contamos para tejer nuestras utopías, sin su inquebrantable empeño. Querría agradecerles a nuestros diseñadores, patronistas, costureras, contables, arquitectas, abogadas, equipo de prensa, empleados y empleadas, becarios y becarias – multicolores e intergalácticos – por todo lo que hacen en su día a día, por el arduo trabajo que hace posible lo inimaginado. Juntos agathizaremos el universo.