Opinión

«Caracremada»

Ramón Vila nació en 1908 en el seno de una familia desestructurada en Peguera, cerca de Berga. Sufrió unas graves quemaduras en su cara y mano, a causa de un rayo que mató a su madre, y fue el origen del apodo con el que construyó su criminal leyenda. En los años 30 participó en las luchas anarquistas de las comarcas del alto Llobregat, siendo encarcelado en 1932 durante seis meses a raíz de unos hechos ocurridos ante el Hotel Ritz de Barcelona durante la huelga de tranvías. En 1933 fue detenido de nuevo acusado de robar 1.870 kilos de carbón de la estación de Guardiola de Berguedà para un provecho personal. En febrero de 1936 se desplazó a Castellón de la Plana, y en el curso del robo a una farmacia asesinó a Ernest Guiu, jefe de personal del ayuntamiento de Castellón y al policía Leandro García Bayona.

Liberado de la cárcel de Valencia en 1936, se alistó a la «Columna de Hierro», luchando en el frente de Teruel pasando después a la Brigada «Columna Tierra y Libertad». Exiliado en Francia en 1939, se incorporó a la resistencia francesa de Limoges y al maquis, donde se le conoció como «Capitán Raymond», realizando múltiples sabotajes en la lucha contra los nazis. Terminada la II Guerra Mundial hizo de guía de la CNT, con el nombre de «Ramón Llaugí», atravesando muchas veces los Pirineos, traficando con armas y asesinando a cinco personas entre 1944 y 1963. Su primer crimen fue el de un sacerdote de Vic por negarle refugio en la sacristía, en 1945 en Olvan asesinó a un agricultor para robarle, posteriormente mató al propietario del Hotel Nou de Vic en la ciudad de Prats de Lluçanès, para robarle el dinero. Pero sería el 25 de julio de 1953 cuando protagonizó su crimen más famoso. Un matrimonio inglés que viajaba por la Collada de Toses para robarles. Disparó contra el vehículo, provocando la muerte de la señora Dora Peck y dejando gravemente herido al doctor Bernard Joseph Peck, médico de origen judío. «Caracremada» fue reconocido como el asesino por la víctima Mr. Peck.

El doctor afirmó: «Esa sonrisa no se me olvidará en la vida, es como una mueca provocada por la cicatriz». Este hecho levantó un gran revuelo internacional, y ocasionó que la dirección de la CNT le impidió participar en acciones terroristas en España, permaneciendo en el sur de Francia malviviendo de las dádivas de sus compañeros de fechorías. Sin embargo, sus ansias criminales no cejaron, y en 1961 se adentró de nuevo en los Pirineos, asesinando al hijo del propietario de una masía de Balsareny, llamado «Sansa» al descubrir su escondite. Viejo y abandonado por todos, el 7 de agosto de 1963, a las 12:30 de la noche, cayó muerto por las balas de los somatenes catalanes en Castellnou de Bages. Hoy, gracias a la «memoria histórica», el conocido asesino «Caracremada» es un ejemplo de patriota catalán y recibe múltiples homenajes en Catalunya. La mueca de su cara quemada representa la Catalunya golpista que nos gobierna.