Opinión

El club de los poetas olvidados

La película «El club de los poetas muertos» narra las enseñanzas del profesor de literatura de la academia Welton a un selecto grupo de estudiantes, les alienta a pensar que nada es imposible y aun cuando no se tenga fuerza o poder siempre se podrá contar con sus palabras y sus ideas para cambiar el mundo.

En Catalunya también tenemos un «club de poetas muertos», pero ellos pertenecen a la categoría de los literatos políticamente incorrectos e invisibles por su condición de víctimas del proceso revolucionario y nacionalista que sufrió Catalunya en el verano de 1936. Asesinados todos ellos bajo el gobierno de Lluís Companys, responsable de miles de crímenes, hoy su recuerdo ha desaparecido de la cultura catalana y sus obras permanecen en el olvido más sangrante.

Poetas como Josep Aragonés Xelma, autor de las obras «Adéu al hivern» y «Fulla Caiguda»; Ramon Arrufat Mestres, con «Recull de poesies catalanes»; Joaquím Ausellé y Rigau, músico, poeta y sacerdote asesinado en Cervera con otros cuarenta y dos religiosos más; Tomás Bellpuig Joy, autor de «Composicions eucaristiques»; Manuel Caballeria Budallés, natural de Ripoll, sacerdote, poeta y compositor de sardanas; Josep Forn i Talló, ganador de la Viola d’Argent en los Jocs Florals de Girona. El más destacado asesinado por los revolucionarios fue el gerundense Josep Casassa Tasis, célebre folklorista en su época y hoy olvidado. También el sacerdote Josep Colom y Alsina, poeta que fuera asesinado en Montblanc, autor de «El temple flamejant», una dramática reflexión justo antes de su asesinato.

No podemos olvidar a Antoni Doltra Masferrer, ganador de premios de los «Jocs Florals», y autor de «Cançons i rimes» y las «Visions (Quadrats escènics)»; Narcís Jofre Costa, sacerdote y poeta; Josep Matamoros Sancho, que escribió «Historia de mi pueblo, Alcanar» (1922) y la «Monografía catedralicia» o Antoni Navarro Grangé, activista cultural y pedagogo, autor de «Mossèn Jacint Verdaguer y su obra poética», ganador de la Flor Natural en los Juegos Florales de Barcelona con el poema «Idil·lis lluminosos»; el poeta y periodista Manuel de Peñarrubia Morenés, que fue salvajemente asesinado en Tarragona, inventor del bastón blanco para los ciegos, autor de poesías como «La Virgen de los Valles» y la conocida «Nubes de verano, poesías castellanas y catalanas».

Todos ellos forman parte del «Club de poetas olvidados», con sus ideas silenciadas por el odio. Esperemos que algún día sin falsas «memorias históricas» puedan entrar en el «Club de los poetas muertos» y su obra y recuerdo sean justamente rehabilitados en una Catalunya hoy sectaria y supremacista.