Opinión

Apropiaciones

Leonard Cohen, canadiense de Montreal, enamorado del granadino Federico García Lorca y adaptando el «Pequeño vals vienés», de «Poeta en Nueva York», para componer «Take this waltz». Silvia Pérez Cruz, de Palafrugell, Gerona, y Raül Fernández Miró, de Barcelona, bebiendo en la versión que hizo el granadino Enrique Morente a partir del poema de Lorca y la música de Cohen. Paco de Lucía, de Algeciras, Cádiz, introduciendo el cajón peruano en el flamenco. Camarón de la Isla, gaditano de San Fernando, poniendo patas arriba el flamenco con un disco, «La leyenda del tiempo», donde entre otros tocan miembros del grupo Alameda, abanderados del rock progresivo y la fusión con ritmos flamencos junto a Triana, así como Raimundo Amador, sevillano, que participa junto a Kiko Veneno, catalán de Figueras con el que en el 77 y en compañía de su hermano, Rafael Amador, otro gitano del Polígono Sur, habían cocinado el explosivo disco «Veneno», fusión jipiosa de Diego del Gastor y Jimi Hendrix. Andando el tiempo los Amador forman Pata Negra, caramelo de flamenco blues que nace en el Guadalquivir y navega hasta la Ruta 61, en Misississippi, mientras que Kiko, enamorado de Bob Dylan, judío de Duluth nieto de emigrantes de Ucrania y Lituania, contamina de rumba y flamenco el sideral «Stuck inside of mobile with the Memphis blues again» de un Dylan, de nombre hebreo Shabtai Zisl ben Avraham, que con apenas 19 años y recién llegado al Village, en Manhattan, afirmaba que había aprendido muchas de sus primeras canciones de músicos de blues negros a los que habría conocido en sus ficticios vagabundeos por el Oeste. Ah, Raül Fernández Miró también produjo a Kiko Veneno, concretamente «Sensación térmica», en 2013, y últimamente a Rosalía, de San Esteban de Sasroviras, provincia de Barcelona, con la que en 2016 cocina «Los Ángeles», y de la que la Mala Rodríguez ha comentado que entiende el cabreo de algunas gitanas porque usa «cosas que pertenecen a la identidad del pueblo andaluz y de la comunidad gitana». Otro día hablamos, no sé, de unos blanquitos del condado de Kent, en Inglaterra, que tocarán blues y country en un grupo de apropiadores sistemáticos, los Rolling Stones, ¿les suenan? O incluso de Mala Rodríguez, que nació en Jerez de la Frontera y hace rap, estilo que como todo el mundo sabe surgió entre el South Bronx y Harlem, provincia de Cádiz.