Opinión

Resistentes infantiles

El actual gobierno de Pedro Sánchez consigue sorprenderme casi a diario. Hace unas horas, la causa ha sido la afirmación de Pedro Sánchez –que me transmiten desde Chile– en el sentido de que su adhesión al socialismo vino motivada por la muerte de Salvador Allende. El actual presidente del Gobierno nació en febrero de 1972 y Allende se suicidó en septiembre de 1973. En otras palabras, Pedro Sánchez, conmovido por el trágico final del presidente chileno, abrazó la causa socialista con poco más de añito y medio. Si eso no es precocidad política yo ya no sé lo que es. Seguramente, con tres años Pedro Sánchez ya se manifestó contra Franco y corrió delante de los grises por primera vez.

La afirmación del presidente del Gobierno es notable porque, hasta donde yo sé, la mayor muestra de resistencia infantil frente a la derecha inmisericorde la había dado Carme Chacón que con tan sólo nueve años se enfrentó al golpe del 23-F. También es cierto que yo que conocí personalmente a la ministra de defensa de ZP y tuve ocasión de departir con ella varias veces digo en su descargo que no destacaba por ser especialmente espabilada y a saber con qué actividad infantil pudo confundir la acción de Tejero en el Congreso. Durante semanas, he querido obligarme a dar un voto de confianza al Gobierno español. Me ha costado, pero lo he intentado. Ya me resulta imposible. Ver a la antigua ministra de incultura de ZP profiriendo todavía más necedades que en aquella nefasta época me encendió la luz de alarma. Contemplar cómo se bajaba las sayas ante el chulesco nacionalismo catalán ha estado a punto de provocarme vómitos en más de una ocasión. Observar cómo se subía al camino del decreto-ley como si fuera un Montoro cualquiera me puso los pelos de punta. Ver a Evo Morales colocando la orden del cóndor alrededor de cuello de Sánchez me gritó que era tarea perdida el esperar algo bueno. Saber ahora que era ya un resistente infantil me ha hecho tirar definitivamente la toalla. Porque, sin duda, hay gente que intenta construirse un pasado donde no se hable de sus antepasados franquistas - ¿verdad que es así Cristina, Alfredo, Manuel, José Luis, José Antonio y tantos otros? – pero ya situar la vocación política en la época de la lactancia es escupirnos a la cara que somos idiotas.