Opinión
El estado de los textos
Hace 19 años, Gonzalo Anes, director de la Academia de la Historia, encargó un informe sobre el estado de los textos y cursos de Historia en los centros de Enseñanza Media. «En la ESO», concluiría el informe, «el tratamiento del proceso histórico español aparece sumamente desdibujado, cuando no superado claramente por la visión particular del pasado de esta o aquella Comunidad Autónoma». En el Bachillerato cualquier suceso previo al siglo XIX se reducía a una «breve introducción». Para muestra de la manipulación el tratamiento que un libro de 4º de ESO en Galicia dedicaba a todo lo acaecido en España en tiempos de la Segunda República, la guerra civil y el régimen de Franco, hasta 1975: 22 líneas, «mientras que lo sucedido en Galicia desde la guerra civil hasta el presente ocupaba una unidad didáctica, es decir, más de veinte páginas». A resultas de la publicación del informe, la Academia recibió amenazas de ETA.
Un año más tarde el periódico El País comentó otro informe, costeado por la Fundación Jaume Bofill, que desmentía «rotundamente» las tesis de la Academia. Sepan que el presidente de la Fundación Bofill entre 2001 y 2010 fue Jordi Sànchez. A la sazón presidente entre 1996 y 2004 de la Corporación Catalana de Radio y Televisión. Directivo junto a Àngel Colom de la Crida a la Solidaritat. Desde 2015 y hasta 2017 presidente de la ANC. Actualmente encarcelado, acusado de sedición. Pero la redactora del El País nada decía de la Corporación y la Crida. Tampoco menciona al principal autor del informe de la Academia. Normal: no estaba firmado. Pero les cuento. Fue mi padre. Julio Valdeón. Catedrático de historia Medieval por la Universidad de Valladolid y Académico de la Historia. Hijo de maestro republicano fusilado en 1936 por los militares golpistas. Miembro de la Junta Democrática en París junto a García Trevijano y otros. Candidato al Senado en las primeras elecciones democráticas como independiente por el PCE. Por encima de todo su honestidad intelectual le llevó a mantener una postura muy activa en defensa de la verdad histórica. Si algo le sacaba de sus casillas era la tergiversación. La historia en función del gusto ideológico. La mentira. Y ahora, al hilo del reciente informe de la Alta Inspección Educativa, censurado durante meses, van e insultan nuestra inteligencia con otra milonga sobre nacionalistas españoles y franquismo y etc.
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