Opinión

Casos no resueltos

En la política, como en la vida, una inquietud desplaza a otra, un nuevo suceso hace que nos olvidemos del anterior. Hay heridas cerradas en falso y ahí se quedan con efectos poco recomendables. En la prensa manda la actualidad. Sospecho que es lo que ha pasado con los recientes escándalos políticos que afectan de lleno al presidente Sánchez y a su Gobierno y sobre los que se ha impuesto un sospechoso silencio. Son casos no resueltos y de una notable gravedad. El afán de taparlos, culpando a los medios de comunicación y al comportamiento negativo de la oposición, no contribuye a la transparencia obligada ni a afianzar el crédito de las instituciones democráticas.

No está resuelto el caso de la tesis doctoral de Pedro Sánchez. Sigue habiendo dudas razonables sobre su autoría y originalidad. No se ha explicado por qué el nuevo doctor ha firmado con Carlos Ocaña, que fue jefe del gabinete del ministro de Industria, el libro sobre “La nueva diplomacia económica española”, basado, según dicen, en las conclusiones de la tesis y en el que el plagio ha quedado demostrado. Tampoco se han disipado del todo las sospechas de que el libro se escribió antes que la tesis. ¿Qué pintaba Ocaña en todo esto? Tendrá que explicar también el dirigente socialista por qué, siendo tan defensor de la enseñanza pública, prefirió defender su tesis doctoral en una Universidad privada, donde recibió un evidente trato de favor. Según los expertos que han leído la tesis, oculta al público hasta que se vio forzado a abrirla, no merecía, ni de lejos, el «cum laude» dispensado por un tribunal inconsistente y sospechosamente favorable. Por lo que se conoce, el comportamiento de Pedro Sánchez en todo esto no se corresponde con lo que exige y acarrea el título de doctor ni con la ejemplaridad de un presidente del Gobierno.

Tampoco es caso resuelto el de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, y sus relaciones con el ex comisario Villarejo, actualmente en prisión, que ella negó al principio faltando a la verdad, ni el del ministro de Ciencia y Universidades, Pedro Duque, con su sociedad instrumental para pagar menos impuestos, contra la exigencia anunciada por el presidente, quien ahora prefiere mirar para otro lado. Por todo eso y por su compromiso con fuerzas oscuras, uno tiene la sensación de que Pedro Sánchez está sacrificándolo todo, empezando por la ética, los buenos propósitos y el honor de su partido centenario, con tal de permanecer en el poder.