Opinión
Ultras
El president del «Govern de la Generalitat» ha sido señalado como supremacista por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), puesto que considera que ha cometido un delito de odio al comparar a los españoles con las «bestias» en un artículo publicado en 2012, en cuyo texto, según interpreta el TSJC, el president «comparó a las personas residentes en Cataluña que no comulgan con sus ideas con bestias de forma humana que atacan a los buenos catalanes y a las que se podría combatir en defensa propia». El texto de Quim Torra dice entre otras lindezas surgidas del oasis putrefacto catalán: «Ahora miras a tu país y vuelves a oír hablar de bestias. Están aquí, entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanidad. Es una fobia enfermiza. Hay alguna cosa freudiana en estas bestias. Viven en un país del que lo desconocen todo: su cultura, sus tradiciones, su historia. Se pasean impermeables a cualquier acontecimiento que represente el hecho catalán. Les crea urticaria. Les rebota todo lo que no sea español y en castellano».
Quim Torra, admirador de los fascistas hermanos Badía (ejecutados por Lluís Companys en 1936 por un asunto de faldas), es seguidor del que fuera presidente de ERC, Heribert Barrera, racista conocido y reconocido, que expresaba sin tapujos la ideología supremacista con frases como: «En América, los negros tienen un coeficiente inferior al de los blancos», «se debería esterilizar a los débiles mentales de origen genético», «antes hay que salvar a Cataluña que a la democracia» o lindezas del género «el bilingüismo implica la desaparición de Cataluña como nación». El que fuera vicepresidente del «Govern», Oriol Junqueras, aleccionaba al supremacismo con la exposición (o deposición) de sus ideas: «Hay una distribución genética en la población catalana estadísticamente diferente a la de la población subsahariana, por ejemplo. Aunque no sea políticamente correcto decirlo, hay muchas características que vienen determinadas genéticamente, y probablemente la inteligencia es una de ellas».
Jordi Pujol fue el gran promotor del nacionalismo hegeliano, la ideología totalitaria que invade Catalunya. Un personaje que gobernó lustros y que tuvo padrinos solventes y amigos influyentes en Madrid, que afirmó sin tapujos y sin arrepentimientos un mensaje dirigido a los andaluces: «El hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido (...) es, generalmente, un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual».
Estos personajes han marcado la historia de Catalunya y España. Sus esbirros, periodistas a sueldo en «Catalunya ràdio» o «TV3», llevan años insultando a los constitucionalistas con los calificativos de «ultras» o «fachas». No saben que esto se les va a acabar, porque no tienen ni puñetera idea de la que les viene encima.
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