Opinión

¿Comercialización de la marihuana?

Hace apenas unos días, Podemos ha impulsado un proyecto cuya finalidad es legalizar el cultivo y la comercialización de la marihuana. En paralelo, incluso han montado un encuentro donde ha hablado algún presunto experto para contar las loas de semejante paso. El personaje en cuestión insiste en que la comercialización de la marihuana en Estados Unidos es imparable aunque de momento de los cincuenta estados sólo siete acepten esa eventualidad. Examinaba estas noticias mientras, en paralelo, leía un artículo de Bob Troyer, fiscal federal de Estados Unidos para Colorado, donde exponía los efectos de la comercialización de la marihuana en su estado al inicio de esta década. Los datos del fiscal Troyer, fruto de la experiencia, son devastadores. Por ejemplo, la proporción de jóvenes de Colorado que consumen marihuana es un 85% más alta que la media nacional, los accidentes de tráfico fatales relacionados con el consumo de marihuana aumentaron en un 151% y el consumo de alcohol ha tenido un aumento constante desde la comercialización de la marihuana. Como era de esperar y al igual que sucede con otras «industrias de adicción» como la del tabaco, el alcohol y los opiáceos, la de la marihuana procura mantener el mercado en crecimiento volcando a la adicción a los consumidores jóvenes. Claro que no sólo los jóvenes. Por ejemplo, un 70% de 400 tiendas con permiso para vender marihuana que fueron encuestadas recomiendan que las mujeres embarazadas la utilicen para evitar los malestares matutinos. Para colmo, ni siquiera existe un beneficio fiscal. Según Troyer, «no ha habido una ganancia neta: el impuesto al ingreso por la marihuana aporta menos de un 1% a las arcas de Colorado, lo cual queda más que rebasado por los gastos en salud pública, seguridad pública y los costos regulatorios de la comercialización». La comercialización de la marihuana no tiene sólo esos inconvenientes. Además embrutece a la juventud – una meta que posiblemente Podemos considerara esencial para aumentar sus votantes – y ayuda a lavar colosales masas de dinero a narco-dictaduras como Cuba y Venezuela que tanto han favorecido económica y extraeconómicamente a personajes relevantes de la formación que dirige Pablo Iglesias. Insisto: yo comprendo que para Podemos se trate de una meta más que deseable, pero como la inmensa mayoría de sus objetivos acabaría siendo una auténtica tragedia para la mayoría de la sociedad. ¿Comercialización de la marihuana? ¡No, gracias!